El joven acusado de intentar matar al dueño de un bar dice que le clavó el cúter en un "acto reflejo"

Actualizado: jueves, 28 enero 2010 14:48

La víctima asegura que tras la agresión el acusado se "echó a reír" y huyó corriendo "con cara de satisfacción"

SANTANDER, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -

El joven acusado de intentar matar al dueño de un bar de Liérganes mostró hoy su arrepentimiento por la agresión con la que, según defendió, no quiso provocar la muerte de la víctima. A.P.A. sostiene que sacó el cúter y se lo clavó en el pecho al agredido en un "acto reflejo" al pensar que este le iba a atacar.

Por el contrario, el agredido relató en el juicio celebrado hoy en la Audiencia Provincial de Cantabria como en septiembre de 2008, el acusado le pidió "con muy buenas maneras" que saliera del bar para hablar con él, asestándole fuera un golpe.

No fue hasta que no vio la sangre cuando la víctima descubrió que en realidad el golpe se lo había asestado con un cúter con la hoja fuera. Entonces, al ver que su agresor huía corriendo mientras ponía "cara de satisfacción" y se "echó a reír", el dueño del bar se dio cuenta de "a lo que había venido" su agresor.

En la vista celebrada ante la Sección Tercera y que ha quedado ya vista para sentencia, la Fiscalía y la acusación particular han rebajado la petición de pena por un intento de homicidio de siete a seis años de prisión, admitiendo la atenuante de reparación del daño por haber consignado 11.200 euros para indemnizar a la víctima.

La defensa sostiene que en realidad se trata de un delito de lesiones y por eso pide que la pena sea de dos años, además de añadir a la atenuante de reparación del daño la confesión de los hechos.

El acusado recordó que admitió los hechos en su día y que se interesó por el estado de salud de la víctima.

Ministerio Fiscal y acusación particular también piden reducir a ocho años la prohibición de acercamiento del acusado a 200 metros de la víctima --inicialmente la petición era de 10 años). La acusación avanzó que, pese al abono de la indemnización, se reserva la posibilidad de reclamar la responsabilidad civil por el cese en la actividad del negocio del agredido mientras estuvo en el hospital y en recuperación.

"TRES SEGUNDOS"

Según explicó el procesado, tras acudir a ese local con unos amigos, regresó para hablar con el propietario, ya que no le había saludado al marcharse. Al preguntarle, en el exterior del local, "si tenía algún problema" con él, este se "abalanzó" sobre el acusado, haciendo "ademán" de agredirle. Entonces tuvo el "gesto automático" de sacar el cúter, que utiliza como herramienta de trabajo. Todo sucedió "en tres segundos"

Minutos antes de la agresión, el propietario del local y la antigua novia del acusado, con la que tuvo una "ruptura traumática", estaban en el bar hablando. A.P.A. admitió que en el pueblo había "rumores" de que ahora mantenían una relación, y su ex novia contó achacó lo sucedido a los "celos" del acusado.

La chica no pudo ver la agresión, ya que esta se produjo fuera del bar. Según contó, desde la puerta veía a la víctima, que de repente "desapareció", y lo siguiente que vio es cómo este estaba en el suelo pidiéndola ayuda mientras su ex novio se fue "corriendo". "Y al fondo había otra persona", añadió.

El agredido notó un golpe que hizo que le "temblaran los dientes", aunque siguió en pie y no vio en ningún momento el cúter, que le causó heridas en las que los forenses apreciaron "cierta violencia", penetrando hasta cuatro centímetros y llegando a la cavidad de la pleura. La víctima pasó dos días en la UCI, y sobrevivió porque "se le cogió a tiempo".

En el plano psiquiátrico, los forenses describieron la "impulsividad" del acusado y su "inestabilidad en las relaciones interpersonales y su autoestima", aunque descartaron que tenga problemas de "autocontrol".

Tanto el acusado como los dos amigos que le acompañaron antes de los hechos explicaron que había bebido bastante, hasta el punto de que uno de ellos condujo el coche en el trayecto de un local a otro. Pero el propietario del bar, y camarero, precisó que "rara vez" había visto beber a A.P.A., que consumía "zumos" y, si acaso, "algún calimocho".