TOLEDO, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
El ciudadano inglés, identificado como R.T., de 36 años, que falleció hoy en la Escuela de Paracaidismo de Ocaña (Toledo) debido a que no se le abrió el paracaídas en el que volaba, ni siquiera llegó a hacer el intento de abrir el paracaídas, según confirmaron a Europa Press fuentes de la Escuela, que señalaron que el equipo utilizado --en poder de la Guardia Civil y del forense-- "funcionaba perfectamente".
Desde la Escuela de Paracaidismo detallaron que la anilla que abre el paracaídas "estaba donde tenía que estar" y que el paracaídas de emergencia que se abre cuando el usuario está a unos 200 metros del suelo estaba fuera "pero lo había cogido, instintivamente, con la mano".
El salto fatídico fue el segundo que realizó durante el día de hoy esta persona, que también en la jornada de ayer se acercó a la Escuela para realizar varios saltos. Aunque sin mucha experiencia en paracaidismo, sí era un hombre aficionado a practicar otros deportes, como el esquí, detallaron las mismas fuentes, que lo definieron como una persona "seria y concentrada".
Fuentes de la Policía Local de Ocaña explicaron a Europa Press que los hechos ocurrieron alrededor de las 14.00 horas de hoy, y en estos momentos la Policía Judicial de la Guardia Civil se ocupa de las investigaciones.
Desde la Consejería de Administraciones Públicas y Justicia concretaron que desde Sala 112 se movilizó a la Policía Local de Ocaña, Guardia Civil, a una unidad móvil de Tembleque, médico de urgencias y voluntarios de protección civil de Ocaña.
