TOLEDO 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los diez equipos de arquitectura seleccionados el pasado mes de diciembre en la primera fase del Concurso Internacional de Ideas para el Museo de la Vega Baja de Toledo, han ultimado y entregado sus proyectos. En los últimos días, Toletum Visigodo ha recibido las maquetas y los estudios técnicos que las acompañan.
Como es habitual en este tipo de convocatorias, y así lo recoge el pliego de condiciones, para preservar el anonimato y transparencia en la toma de decisiones del jurado, las propuestas se han presentado con un lema de identificación, elegido libremente por los concursantes, y que no coincide, en ningún caso, con su nombre ni denominación social reales, informó Toletum Visigodo en nota de prensa.
De hecho, para garantizar el completo anonimato, en los envíos del material la única identificación que figura es el nombre del concurso, "Museo Vega Baja de Toledo", y el lema elegido por los arquitectos. En ningún caso debe contener referencia alguna que permita a los evaludadores identificar al autor.
La verdadera identificación de cada aspirante se incluye en un sobre opaco y sellado que será abierto una vez que el jurado haya emitido su fallo y el jurado, que se reunirá próximamente en Toledo, estará formado por un representante del Ayuntamiento, de la Consejería de Cultura y del Ministerio de Cultura, respectivamente.
También participará el Consejero Delegado de Toletum Visigodo y un representante de la Fundación Cultura y Deporte. Toletum Visigodo, como organizadora del concurso, ha nombrado dos arquitectos de prestigio en el sector y otros dos ha sido designados por los propios participantes.
CRITERIOS DE VALORACIÓN
A la hora de decidir el fallo, los miembros del jurado tendrán en cuenta la calidad arquitectónica de los proyectos en función de su contenido conceptual, la respuesta a las problemáticas urbanística y del emplazamiento, el carácter de los espacios y las soluciones técnicas proyectadas.
Asimismo, se evaluará la adaptación de cada una de las propuestas al programa de necesidades; la viabilidad técnica y constructiva; y la racionalidad económica de la propuesta. Las candidaturas deberán compatibilizar las características estéticas, funcionales y el grado de calidad de la obra con un resultado económico final de la actuación.
También se juzgarán los criterios ambientales y de ahorro energético; el diseño y orientación de los espacios interiores; y la elección de los materiales y sistemas constructivos.