Mañana tendrá lugar en la Audiencia de Ciudad Real un juicio por asesinato y malos tratos

CIUDAD REAL 1 Jun. (EUROPA PRESS) -

Mañana se inicia en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real el juicio contra el ciudadano de origen rumano, Zoltan Cordovan, acusado de los delitos de asesinato, malos tratos e incumplimiento de sus deberes familiares, para el que la Fiscalía pide 26 años de cárcel.

Según el escrito de acusación al que ha tenido acceso Europa Press, Cordovan asesinó presuntamente a golpes a su mujer el 29 de mayo del año 2007, la también inmigrante rumana R.N.C., en la furgoneta en la que ambos residían por su condición de indigentes, y que estaba aparcada en el camino del Contadero, cerca del punto limpio de Bolaños de Calatrava.

Al parecer, el hombre golpeó a la mujer hasta acabar con su vida empleando un tubo metálico y un gato elevador del automóvil, tras una discusión que comenzó, según las calificaciones del Fiscal, sobre las 11.30 horas, momento en que se produjo el crimen. A la mañana del día siguiente el acusado fue a pedir ayuda a la base de helicópteros de Almagro (Ciudad Real), a pocos kilómetros del lugar donde cometió el delito, con la mujer ensangrentada dentro de la furgoneta, aunque ya había fallecido.

En este sentido, los exámenes de los forenses apuntan a que R.N.C. agonizó durante varias horas, y tenía graves heridas, hematomas y lesiones en diversas partes del cuerpo como la cara, la cabeza, el rostro, las extremidades y la zona abdominal.

La acusación pública también aprecia en estos hechos un delito por malos tratos, pues, según sus consideraciones, le había propinado palizas de forma habitual a su esposa que "vivía en permanente desasosiego llegando a temer seriamente por su vida".

Según su relato, en ocasiones el acusado llevaba a su mujer al campo, donde la golpeaba por diversas partes del cuerpo regresando al domicilio, donde la esperaban sus hijos, ensangrentada. Otras veces --siempre según el escrito de acusación-- el acusado golpeaba a la mujer con palos en presencia de sus hijos, a los que también golpeaba con frecuencia.

En cuanto al delito de incumplimiento de sus deberes de padre, se basa en que desde mediados de febrero de ese mismo año, según la acusación, y hasta que intervinieron los servicios sociales, el 8 de mayo, el acusado y su esposa se fueron a Rumanía y dejaron a sus diez hijos abandonados en una casa con una sola habitación con cuatro camas, que no reunía las mínimas condiciones de higiene y al cuidado de un hermano y su mujer, que son padres a su vez de cinco hijos.