AMPL.El joven marroquí acusado de asesinar a un compatriota se declara inocente y niega que se fugara a su país

Actualizado: viernes, 11 febrero 2011 19:09

Justifica el repentino viaje a Tánger la madrugada de autos en el "impulso" que tuvo de visitar a su madre enferma

VALLADOLID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

El joven marroquí de 26 años, J.A, que es juzgado desde hoy en Valladolid por un jurado popular acusado de un delito de asesinato sobre un compatriota, Abdelkarim, al que, presuntamente, acuchilló en octubre de 2009 en el domicilio de éste, reconoció haber estado bebiendo, comiendo y bailando esa noche con la víctima pero negó la autoría del crimen y justificó su repentina marcha a Marruecos esa misma noche en el "impulso" irrefrenable que tuvo, movido por la elevada ingesta de alcohol, de visitar en Tánger a su madre enferma.

Pese a la carga incriminatoria que supone su marcha precipitada a Marruecos al día siguiente de que el cadáver de su compatriota 'Karim' hubiera sido hallado en el salón del piso cosido a cuchilladas, el procesado, en declaraciones recogidas por Europa Press, rechazó que ese viaje pudiera interpretarse en términos de "fuga" e insistió en que, además de visitar a su madre, su vuelo a Tánger estaba más que justificado porque tenía que traer a España un turismo Mercedes cuya admisión temporal en el país magrebí vencía el día 28 de diciembre de 2009.

La declaración del acusado, que hizo ayudado de una interprete, fue lo más destacado de la primera jornada del juicio, toda vez que buena parte de la misma estuvo centrada en la selección y constitución del jurado, finalmente integrado por siete mujeres y dos varones.

Durante el interrogatorio al que fue sometido por la acusación pública y la defensa, J.A. insistió en que la noche del 12 de octubre de 2009 en ningún momento discutió con 'Karim' en el domicilio de éste, sito en el número 15 de la calle Ebro, con quien compartió carne acompañada de gran cantidad de bebidas alcohólicas, desde vino y cerveza hasta whisky, y algo de hachís.

"Estábamos muy contentos, bailamos y escuchamos música. Nos encontrábamos como en otro mundo", recordó J.A, quien apuntó que con carácter previo ambos, que se conocían desde el verano por haber trabajado juntos como temporeros en la vendimia y la recogida de la patata, habían coincidido en el bar Skema, en la Avenida Juan Carlos I, donde el fallecido, tras pagarle varias copas de whisky, le invitó a su casa para seguir bebiendo y cenar algo.

Aunque ya en el bar el fallecido, de 32 años, hizo ostentación de dinero, que escenificó poniendo sobre la barra del local varios fajos con billetes de 50 euros, J.A. aseguró que no volvió a ver el dinero cuando ambos se trasladaron al piso del primero.

Además, el presunto asesino mantuvo que sobre las 01.00 horas su anifitrión habló por teléfono con un amigo de éste, también de origen marroquí, al que invitó a sumarse a la fiesta, y fue entonces cuando él decidió poner fin a la juerga y marcharse debido a la mala relación que mantenía con el último invitado, pues éste le había denunciado por causarle daños en una furgoneta.

"CUANDO ME FUI ESTABA VIVO"

"¡Cuando me fui estaba vivo!", ha sostenido en todo momento J.A, quien ha añadido que tras abandonar el piso de la víctima se dirigió a una gasolinera para seguir bebiendo y fue entonces cuando, debido a la elevada intoxicación etílica que tenía, se puso a llorar y sintió el "impulso" de viajar a Tánger para visitar a su madre enferma. "El primer impulso fue ese, pero también necesitaba ir para traer el Mercedes a España", ha apostillado el procesado, que fue detenido el 27 de diciembre de ese mismo año en la frontera de Ceuta, que cruzó andando.

A preguntas de cómo se financió el viaje hasta su país, ya que por aquel entonces no trabajaba, el interpelado negó que fuera con dinero del asesinado y explicó que pagó con lo que tenía ahorrado por su trabajo de temporero y con lo obtenido por la venta de hachís, actividad que, según alegó, ejercía porque con su trabajo no le llegaba para vivir.

La Fiscalía de Valladolid, con carácter provisional, solicita una condena de 17 años de cárcel para el procesado por delito de asesinato, junto con la prohibición de residir en Valladolid durante veinte años y el pago de 200.000 euros de indemnización a la familia de la víctima, amén de otros doce días de localización permanente por una falta de hurto.

La defensa de J.A, que cuenta con antecedentes policiales por delitos de lesiones y amenazas cometidas en Ceuta, interesa un fallo absolutorio al considerar que su patrocinado no acabó con la vida de 'Karim' y tras recordar que no ha sido hallada el arma homicida y que en el escenario del crimen no ha aparecido vestigio biológico ni huella dactilar alguna del imputado. Con carácter subsidiario, y en caso de que el jurado le declarara culpable, el defensor pidió una rebaja de la pena al considerar que en los hechos concurre la atenuante muy cualificada de elevada ingesta de alcohol.

La acusación pública sostiene J.A, valiéndose de un cuchillo de cocina de 18 centímetros de hoja que no ha sido encontrado, acabó con la vida de su anfitrión, al que ocasionó hasta dieciséis lesiones, entre excoriaciones y heridas inciso-cortantes e inciso-penetrantes.

De entre estas últimas, la autopsia incide en cuatro, de extrema gravedad, una de las cuales le seccionó la tráquea y otra, la mortal por pérdida masiva de sangre, que penetró en el lóbulo pulmonar inferior y seccionó la aorta torácica descendente.

Una vez en posesión del dinero del fallecido, siempre según la tesis del fiscal, el presunto asesino abandonó el domicilio de la víctima, se trasladó al suyo, sito también en la calle Ebro, a recoger su equipaje y acto seguido cogió un autobús con destino a Barajas, donde se subió a un avión con destino a Tánger.