La defensa del acusado de tratar de meter droga para su hijo en Villanubla apela a la "excusa absolutoria" - EUROPA PRESS
VALLADOLID 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia de Valladolid ha impuesto una condena de dos años de prisión y multa de 2.285 euros a Santiago C.I, el hombre que fue juzgado la pasada semana por tratar de introducir droga en mayo de 2023 para su hijo, preso en el citado penal, y que alegó que lo hizo porque su vástago había sido amenazado por otros reclusos porque les debía dinero.
El fiscal del caso pedía inicialmente para el encausado una pena de casi cinco años que en el acto del juicio oral rebajó a tres, si bien la Sección Segunda de lo Penal ha resuelto rebajarla a dos años al aplicar al acusado las atenuantes de confesión y parentesco, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Lo que no ha hecho el tribunal es absolver a Santiago, pese a que su defensa había alegado que no se cumplía el tipo penal, ya que la droga no llegó a entrar en el centro penitenciario, e invocó en su informe final la excusa absolutoria motivada por el hecho de que fuera el propio acusado quien desistiera activamente del propósito inicial de introducir la droga en un 'vis a vis' con su hijo.
Con respecto a la primera alegación, la Audiencia Provincial considera que "no puede ser estimada ya que el tipo penal se configura como de riesgo o peligro abstracto y basta la mera tenencia para su posterior entrega sin necesidad de que se produzca ésta para la consumación anticipada", y otro tanto ocurre con el segundo alegato "porque es bien sabido que el delito contra la salud pública se consuma con la mera posesión, mediata o inmediata, cuando pueda inferirse adecuadamente el destino a tráfico".
Durante el juicio, el ahora condenado recordó que fue él mismo quien abortó el intento de meter droga en el penal. "Estaba muy nervioso porque llevaba la droga adherida a mi cuerpo y antes acceder dije: No voy a pasar porque me vais a detener", declaró Santiago al recordar cómo sobre las 11.30 horas del 25 de mayo de 2023 se disponía a realizar un 'vis a vis' con su hijo en el penal vallisoletano pero justo antes de atravesar el arco de seguridad decidió entregarse a los funcionarios.
En su declaración exculpatoria, el ya jubilado y con distintas enfermedades crónicas aseguró que acudió al centro penitenciario para pasarle la droga a su hijo porque éste había sido amenazado por otros reclusos a quienes debía dinero, amenazas que se había extendido a su persona también en forma de mensajes de whatsapp que recibió en su teléfono móvil.
Ante ello, quedó con una mujer en el barrio donde reside, en Huerta del Rey, que le aprovisionó de la mercancía, once bolas de hachís y cocaína con un peso de 114,23 gramos y 41,5 gramos, respectivamente, valoradas ambas en su conjunto en 2.285 euros, si bien el acusado mantuvo que no tuvo que abonar cantidad alguna.
"Me indicó cómo tenía que introducir la droga", añadió Santiago en referencia a las indicaciones recibidas por su proveedora para que se adhiriera las bolas de hachís con cinta adhesiva en la zona de la entrepierna, como así hizo, al tiempo que reiteró que su único propósito era cumplir el encargo para que su hijo no fuera golpeado por otros internos del penal.
Agentes de la Guardia Civil que participaron en su detención confirmaron que el acusado mantuvo en todo momento una actitud colaboradora. De hecho, coincidieron al señalar que el detenido se ofreció a declarar y que incluso quiso mostrar los mensajes amenazantes recibidos en su terminal telefónica, si bien más tarde, por consejo de su abogada de oficio, se acogió a su derecho de no declarar.