BARCELONA, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
El teniente de la Guardia Civil responsable de los registros en la Conselleria de Economía y otros edificios de la Generalitat el 20 de septiembre temió por su integridad física y por la de su personal por la concentración que rodeó el edificio, hasta 40.000 personas.
Así lo expresó en su declaración como testigo el 23 de septiembre en dependencias del Instituto Armado, a la que ha tenido acceso Europa Press, dentro de las diligencias del Juzgado de Instrucción 13 de Barcelona, que ordenó los registros tres días antes.
El mando describió que el ambiente de la concentración era "muy tenso y hostil, tirando objetos e insultando constantemente a los guardias civiles" y que realizaron cánticos como 'Esta noche dormiréis aquí', lo que según él evidenciaba la retención que querían realizar los manifestantes.
Por estas concentraciones están en prisión provisional por un delito de sedición los presidentes de Òmnium, Jordi Cuixart, y el de la ANC, Jordi Sànchez, y por el dispositivo también están investigados el mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, y la intendenta responsable del dispositivo, Teresa Laplana.
Indicó que a las tres de la mañana hubo una carga violenta de los manifestantes contra las puertas, en la que unos 15 agentes de los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil tuvieron que aguantar las puertas "puesto que parecía que la masa podía tirarla abajo y acceder".
El teniente describe que a las 8 horas del día 20 llegaron a la Conselleria diez miembros de investigación y un equipo del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) para dar seguridad al operativo junto a la letrada del Juzgado de Instrucción 13.
En ese momento puso a una pareja de guardias civiles en la puerta del edificio, y en ese momento también se encontraba una pareja de mossos, que permanecieron también para dar seguridad, y ya a las 8.45 horas había ocho mossos, cuando fuera había unas 40 personas.
A las 9.15 horas se mantuvo una entrevista con la intendente Teresa Laplana, responsable del operativo, a la que se le requirió que movilizara las unidades necesarias para alejar a la concentración, a lo que ella contestó "que no existía afectación a la seguridad ciudadana y tampoco preveía que la hubiera, ya que no parecía una masa violenta".
Una media hora después, viendo que la concentración aumentaba, se le volvió a requerir que alejara a la concentración, ya que llegaba hasta la puerta del edificio, y ella manifestó que no podía y que su intención era "mantener la situación".
Según el relato del teniente, a las 10.45 horas, al ver que aumentaba el número de manifestantes con actitud agresiva, que se subían a los coches oficiales y lanzaban objetos no contundentes, se volvió a requerir a los Mossos que ampliaran el cordón para facilitar la entrada de tres detenidos y porque en los coches policiales había armas largas, a lo que la intendenta "manifiesta que no puede y que su intención es mantener la situación".
SÀNCHEZ NEGOCIA
A las 13.10 horas, un inspector del área de mediación de Mossos le presentó al presidente de la ANC como "interlocutor válido" de la concentración y se puso a negociar en nombre de los manifestantes, y en ese momento les comunicó que ni podía permitir que accediera ningún vehículo ni personal uniformado con los detenidos hasta el edificio.
El teniente explicó que se negoció con Sànchez "ante la capacidad que mostraba para manejar a la masa" en varias ocasiones, y que a las 22 horas, cuando ya había según Sànchez unas 60.000 personas concentradas, se le pidió poder sacar a la comitiva judicial, a lo que él contestó que solo sin Guardia Civil.
Finalmente, a las 00.45 horas pudo salir la letrada de la administración por un teatro contiguo mezclada en el público al finalizar la función, "puesto que la movilización pone en evidente riesgo cualquier salida que pudiera localizar".
Hasta las 4.30 horas, tras disminuir notablemente el número de gente que forma la concentración, los Mossos "realizan un cerco que permite la salida de todo el personal de investigación presente en el edificio".
