BARCELONA 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
El cocinero catalán recientemente fallecido Santi Santamaria pidió hace unos días al presidente de la Generalitat, Artur Mas, un gesto de apoyo simbólico hacia la alta cocina y que evitara el "populismo" con el sector ante la crisis.
En un artículo de su blog del viernes 11 de febrero recogido por Europa Press, aseguraba ser consciente de las dificultades y los recortes económicos que conlleva la crisis, también dentro de la restauración, así como del estado de las arcas de la Generalitat.
Por ello, respetaba que Mas viaje en clase turista y coma en restaurante de menú económico para dar ejemplo de austeridad, tal y como hizo cuando fue a Madrid para reunirse con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Sin embargo, tras cuestionar que esta información se trasladara a la prensa, también defendió que los gestores del ámbito público deben dar ejemplo "en todo aquello que es público, pero no privado".
En el ámbito privado, Santamaria defendía que cada uno puede ser "tan derrochador" como quiera, mientras que ve comprensible que se quiera ahorrar en una comida de trabajo de carácter público.
"Pero ¿verdad que si usted recibe a Angela Merkel en Catalunya no la llevará a comerse un bocata a Can Conesa?", ha preguntado, destacando la dimensión simbólica y la trascendencia que puede jugar una buena comida, en contraste con una popular bocadillería de Barcelona junto a la Generalitat.
Por ello, alertaba a Mas de que cuidara los elementos simbólicos de la vida cotidiana: "Usted no va a trabajar en tejanos, camiseta y deportivas. Pues hay quien hace populismo con la ropa. Por favor, no lo haga con la comida".
Así, Santamaría entendía que quizás no tocaba que Mas comiera en Madrid en un establecimiento de gama alta con dirección catalana --como el Arola, Semon o el Santceloni--, aunque añadía que los que se esforzaban para hacer una cocina de excelencia necesitaban "también de vez en cuando un gesto simbólico de apoyo".
LA CRISIS DEL SECTOR
Tras más de dos años de crisis, el cocinero constataba las dificultades del sector de la restauración, que ha llevado a los establecimientos a reducir plantillas y productos de alta gama, y a aumentar el número de ofertas y descuentos para evitar una "desbandada".
Aseguraba así que entendía la sensación de Mas "al comprobar que lo que algunos habían anunciado como la mejor financiación de la historia de Catalunya se ha revelado absolutamente insuficiente".
"Hemos comido mucho ladrillo durante años, y ya se sabe que el ladrillo es de mala digestión, peor aún que los sapos de los que usted se declara gran comedor, aunque no por afición", añadía.