BARCELONA 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Urbana de Barcelona ha empezado a montar periódicamente dispositivos de alcoholemia preventivos a la salida de las discotecas porque las campañas para no conducir bebido se han mostrado insuficientes, aunque seguirán haciéndose para complementarse con los controles.
Este fin de semana, la Urbana detuvo a 39 conductores ebrios por superar el límite penal, en un macrodispositivo en todos los distritos de la ciudad que se centró especialmente en las vías de acceso a zonas de ocio del centro y el litoral, explicó hoy a los periodistas el intendente Sergi Amposta.
Según él, "no es suficiente con las campañas e información, y hace falta reforzar la policía para afrontar estos hechos", lo que ya ha empezado con el operativo denominado 0,25, ya que es la tasa máxima permitida de miligramos de alcohol por litro en aire expirado.
El intendente recordó que la mayoría de positivos se cierran por vía administrativa pero consideró "preocupantes" las infracciones penales. Las cifras de este fin de semana, cuando los agentes realizaron 2.730 pruebas de alcoholemia, con un total de 343 positivos, son "el camino a seguir" con el complemento de las campañas.
Los dispositivos se realizan cuando cierran las discotecas, ya que es el horario "con mayor riesgo de sufrir accidente", según Amposta. Su objetivo es "retirar a las personas que conducen un coche bebidas de la circulación" a partir de operaciones sobre la seguridad del tráfico que forman "uno de los pilares de batalla" de la Urbana, concluyó.