MADRID, 16 Feb. (CHANCE) -
Tras arrasar con los dos conciertos que ha ofrecido en Miami, Isabel Pantoja ya se encuentra en Nueva York, donde este viernes tiene una nueva cita con sus seguidores en el teatro United Palace, próxima parada de su gira 'Enamórate' por Estados Unidos.
Y si en Miami la tonadillera no disfrutó de momentos de ocio y tan solo abandonó el hotel para cenar unas costillas de cerdo con su entorno más cercano en uno de los restaurantes más populares de Florida, como Anabel Pantoja compartió en sus redes sociales - una especie de bitácora de esta nueva e inolvidable aventura al lado de su tía - en la Gran Manzana las cosas están siendo muy distintas.
Tras un viaje en jet privado como la gran diva que es, Isabel llegaba este miércoles de madrugada (hora española) a Nueva York, con casi tres días de margen hasta su próxima actuación. Tiempo más que suficiente para conocer la ciudad de los rascacielos como si fuese una turista más, maravillándose a cada paso con lugares tan emblemáticos como Times Square, la Catedral de St. Patrick o Rockefeller Center.

Gracias a las redes sociales de Anabel, del maquillador de la tonadillera, Alberto Dugarte, y de su peluquero, José Antonio Abad - su núcleo duro - hemos descubierto que Pantoja ha pasado un día de lo más entretenido conociendo la parte más turística de Manhattan acompañada, además de por su staff profesional, por su hermano Agustín Pantoja y por la presidenta de su club de fans, Celeste Rodríguez.

Con ropa cómoda - deportivas negras, plumífero al tono, bufanda protegiendo su garganta y sus inseparables gafas de sol - la cantante ha recorrido las zonas más populares de la ciudad consiguiendo pasar desapercibida y disfrutando, como hacía tiempo que no la veíamos, de algo tan cotidiano como pasear.

Conscientes de que a Isabel no le gusta exponer su intimidad en redes, la tonadillera no aparece en muchas de las fotografías de la completísima jornada de turismo, y en las que lo hace sale de espaldas o de perfil, pero podemos asegurar que disfrutó como una niña, y sin dejar de maravillarse, de zonas tan concurridas como Times Square, la famosa pista de patinaje de Rockefeller Center, de la Quinta Avenida y de la Catedral de St Patrick - donde entró a rezar - antes de terminar el día con una cena en un conocido restaurante neoyorkino en el que no dudó en fotografiarse con los escasos fans que la reconocieron.
