MADRID, 7 May. (EUROPA PRESS) -
El minisatélite de la ESA Proba-V, dedicado a supervisar el crecimiento de vegetación en toda la Tierra, también está registrando las señales de miles de aviones en vuelo.
Lanzado hace dos años, Proba-V ha recogido más de 25 millones de posiciones de más de 15.000 aviones cubriendo sus rutas aéreas. Desde la ESA, se subraya que la tecnología de última generación empleada en el satélite demuestra la viabilidad de constelaciones orbitales que se están preparando para el monitoreo de aviones operativos.
"Con un solo satélite, nuestra huella de detección es relativamente pequeña - aproximadamente 1500 por 750 kilometros - pero para un servicio operativo de una constelación de satélites se podrá proporcionar cobertura en todo el mundo", explica Toni Delovski, del Centro Aeroespacial Alemán, y que suprevisa este experimento de seguimiento aéreo.
Más pequeño que un metro cúbico, Proba-V está realizando, no obstante, varios experimentos de tecnología, junto a su cámara de observación de la vegetación, que rastrea los cambios en el crecimiento de plantas en todo el planeta cada dos días.
DLR y la empresa SES de Luxemburgo añaden un experimento para detectar la Vigilancia Radiodifusión (ADS-B) de aviones en vuelo desde el espacio.
Estas señales se transmiten regularmente desde aviones, dando información de vuelo, como la velocidad, la posición y altitud. Todas las aeronaves que entren en el espacio aéreo europeo llevarán ADS-B en los próximos años.
DLR contribuyó con el receptor a bordo de Proba-V, mientras que SES ha proporcionado segmento de tierra del experimento, que abarca el procesamiento necesario para decodificar las señales, incluyendo la compensación de factores tales como el desplazamiento en frecuencia causado por el movimiento de Proba-V en relación a la aeronave.
"El objetivo del experimento es en las grandes regiones del mundo sin radar y con tráfico aéreo menos denso", añade Delovski. "En el evento, también hemos tenido muy buenas detecciones en el espacio aéreo mucho más denso de los EE.UU., Europa Occidental y el Sudeste de Asia."
En las partes del mundo con cobertura de radar, los controladores aéreos pueden seguir aviones con mucha precisión, con distancias de separación de hasta 5,5-9 kilómetros.
Sin embargo, en el resto del mundo, como sobre el Atlántico, la distancia mínima de separación sube por un factor de 10, a 93 kilómetros.
Basada en el espacio, ADS-B ofrece un método para reducir las distancias de separación con seguridad por todas partes, lo que aumenta la capacidad de tráfico aéreo mundial al tiempo que mejora la seguridad.