MADRID 26 May. (EUROPA PRESS) -
Los científicos y organismos que tratan de minimizar el gran derrame de petróleo en el Golfo de México mantienen un ojo avizor sobre los cambios prtoducidos en la cercana Corriente del Lazo, una corriente oceánica cálida que forma parte de la Corriente del Golfo.
Comenzando como un gran flujo de agua caliente del Caribe, la Corriente del Lazo cabezas se interna en la parte oriental del Golfo de México y luego gira hacia el sur antes de dirigirse a través del Estrecho de Florida y hacia el norte, hasta unirse con la Corriente del Golfo, que abarca todo el Atlántico Norte hasta Europa.
Mediante un profundo y rápido movimiento, la Corriente de Lazo a menudo se desprende y forma fuertes remolinos en sentido horario que viajan hacia el oeste. Las corrientes a lo largo de los bordes exteriores de la Corriente del Lazo, así como los remolinos, se han registrado a velocidades tan altas como tres o cuatro nudos, comparables a las corrientes más rápidas jamás observadas en el océano.
Debido a la Corriente del Lazo y a que sus giros son más cálidos, y por lo tanto más elevados en superficie que en las aguas circundantes, se puede divisar por altímetros de satélites, como los que se encuentran los satélites Jason 1 y 2. Los científicos usan las mediciones de satélite más recientes de altura de la superficie del mar de estos y otros altímetros de satélites para crear mapas con la ubicación, dirección y velocidad de las corrientes en el Golfo de México.
Esta imagen, creada el 23 de mayo de 2010, mediante la medición de la altura de la superficie del mar desde los satélites múltiples, entre ellos Jason-1 y OSTM/Jason-2, muestra la velocidad y dirección de las corrientes superficiales en el Golfo. La porción norte de la Corriente del Lazo, que se muestra en rojo, parece a punto de desprenderse y formar un remolino por separado -un gran vórtice caliente, las agujas del reloj- que es la versión oceánica de un ciclón.
La estrella muestra la antigua ubicación de la torre de perforación en aguas profundas que explotó y se hundió en abril, provocando el vertido. Los científicos creen que un remolino grande entre el derrame de hidrocarburos y la Corriente del Lazo podría mantener, al menos temporalmente, una parte del petróleo derramado se alcance el estrecho de Florida y la Corriente del Golfo.