BARCELONA 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
El final de la última glaciación, registrada hace cerca de 15.000 años, y el consiguiente deshielo y las modificaciones de las corrientes marinas, supusieron la liberación en la atmósfera de "grandes cantidades" de dióxido de carbono (CO2), según un estudio publicado en la revista 'Nature'.
La investigación, en la que ha participado personal del Departamento de Geología de la Universitat Autònoma de Bellaterra (UAB), se ha realizado a partir del análisis de las concentraciones de componentes isotópicos en microfósiles marinos.
La emisión de CO2 se produjo en "pocos centenares de años", lo que aceleró el calentamiento del planeta por el efecto invernadero y el fin de la era glacial que se había iniciado con el deshielo.
Durante la época glacial, las zonas más profundas y menos ventiladas de los océanos capturaron una gran cantidad de CO2, lo que a su vez provocó que bajara la concentración de este gas en la atmósfera y, de rebote, que aumentaran las concentraciones de isótopos específicos relacionados con el CO2.
Al iniciarse el deshielo y desaparecer gran parte de la capa congelada que cubría mares y océanos, el gas se liberó "rápidamente" a la atmósfera, pero éste no fue el único fenómeno que incremento la presencia del gas.
Los investigadores han deducido que el proceso de ventilación de las aguas submarinas tuvo dos etapas. Por un lado, la destrucción de hielo en las zonas subpolares hizo variar la circulación del agua y la distribución de los isótopos del carbono, pero además el calentamiento de las aguas de los océanos del sur causó un cambio en los patrones del viento.
El cambio en los vientos hizo variar a su vez la dinámica de las aguas superficiales y la investigación demuestra que, en esta etapa y en el hemisferio sur, el CO2 capturado en profundidades intermedias fue bombeado por las corrientes superficiales hacia la atmósfera.