La leyenda de los tifones kamikaze, demostrada científicamente

Destrucción de la flota mongol
Foto: KIKUCHI YOOSAI
Actualizado: lunes, 6 abril 2015 19:08

MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Investigadores han encontrado evidencias de un aumento de la
la actividad de tifones a finales del siglo XIII en Japón, cuando Kublai Khan fracasó en su intento de conquista por las tempestades.

   Como cualquier buen conquistador, Kublai Khan sólo quería expandir su imperio. Así que a finales del siglo 13, el nieto de Genghis Khan lanzó una flota mítica para tomar el control de Japón. Según la leyenda japonesa, sin embargo, los barcos mongoles sufrieron los tifones de proporciones igualmente míticos, que anuló sus repetidas invasiones por dos veces.

   Estas tormentas, que salvaron Japón de la ocupación en 1274 y nuevamente en 1281, llegaron a ser conocidas como el "viento divino", o kamikaze, pero muchos científicos e historiadores han puesto en duda su existencia.

   Las dudas habían crecido sobre los tifones kamikazes en las últimas décadas, en parte porque eventos de este tamaño serían poco probable hoy, dice Kinuyo Kanamaru, geólogo de la Universidad de Massachusetts en Amherst (Universidad de Massachusetts) y autor del estudio, publicado en la revista Geology. Así Kanamaru fue con otros colegas en busca de evidencias bajo las aguas del lago Daija en Kyushu, la más meridional de las cuatro islas principales de Japón.

   Eligieron el sitio ya que se encuentra a lo largo de la misma trayectoria de la tormenta a menos de 120 kilómetros de donde los arqueólogos piensan que los mongoles desembarcaron. "En Japón, la gente cree en los espíritus que los protegen. Esos espíritus tienden a vivir en un pequeño lago o un estanque o un árbol gigantesco", dice Kanamaru. Debido a que el Lago Daija tenía una leyenda asociada a ella - los lugareños creían que una serpiente habitada del lago - los investigadores esperaban que tendría un registro sedimentario que podría remontarse hasta 1200.

   En particular, los investigadores buscaron signos físicos de sedimentos alterados, así como los cambios en la concentración de estroncio, que está más enriquecido en el agua de mar que en el agua dulce del lago.

   Sus resultados revelaron niveles de estroncio elevados y cambios en las propiedades de sedimentos entre el 250 y el 1600, lo que sugiere que las mareas de tormenta, y por lo tanto los tifones, ocurrieron con más frecuencia en esta parte de Japón de lo que lo hacen hoy. Dentro de este período de actividad mayor, los investigadores identificaron dos depósitos de tormenta pronunciados que databan de finales de los años 1200. Aunque no podían limitar la edad de los depósitos registrados al año específico, los autores sugieren que las capas podrían ser una evidencia directa de los tifones kamikaze de 1274 y 1281.

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