Madrid, 20 de julio de 2017.- Según datos de la Comisión Europea, durante el año 2015 fueron 678.000 los estudiantes europeos que disfrutaron de una experiencia Erasmus. El programa, sobradamente conocido, consiste en la movilidad universitaria fuera del país de origen, y sus tiempos oscilan entre un cuatrimestre y un curso completo. Sus creadores defienden que se trata de una iniciativa única: por un lado, fomenta el sentimiento de pertenencia a Europa; por otro, mejora las habilidades lingüísticas, multiculturales y sociales de los participantes.
No obstante, lo que para los organismos continentales representa todo un éxito, supone un gran motivo de preocupación para los padres y madres del alumnado. ¿Será mi hijo capaz de adaptarse? ¿Sabrá desempeñar tareas básicas como comprar, cocinar o limpiar su casa? ¿Qué ocurre si enferma?
Estas y otras preguntas se plantean muchas familias españolas cada año. Y es que nuestro país es el segundo que más alumnos envía a través del programa. También el que más recibe (más de 40.200 estudiantes extranjeros en 2015). Entre los principales destinos de los españoles se encuentran Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. Un dato: el país vecino recibió poco menos de 30.000 intercambios erasmus hace un par de años. Así, a continuación, sugerimos cuatro recomendaciones para estar más tranquilo si tu hijo o hija se traslada a estudiar, por ejemplo, a Francia.
En primer lugar, como padres y madres deberíamos entender que partir con una beca Erasmus no es una decisión fácil. Por ello, nada mejor que brindar nuestro apoyo y ayuda a nuestro hijo. En este sentido, los trámites iniciales pasan por una serie documentos y plazos a los que el estudiante no se ha enfrentado antes. También, habitualmente, por una prueba del idioma del país de destino y, cuando la beca ha sido concedida, por un plan de convalidación de asignaturas. Dado que el proceso suele sufrir pequeñas variaciones dependiendo de la universidad de origen, lo más sensato es consultar cualquier duda con la oficina de Relaciones Internacionales de la facultad.
En segundo lugar, es conveniente adelantarse al comienzo del curso para buscar piso en la ciudad de destino. Por supuesto, la mayor o menor dificultad a la hora de encontrar alquiler depende del país. En el caso de Francia, la experiencia dice que el proceso puede ser largo y arduo. Otra opción es la de recurrir a una residencia de estudiantes. En cualquier caso, los foros de Erasmus o los grupos de Facebook servirán para establecer contacto previo con otros estudiantes y, a menudo, para hallar alojamiento provisional o definitivo.
Otra cuestión es la del envío postal durante el desarrollo de la beca. Pensemos que nuestro hijo o hija necesitará durante el curso ropa o libros que no ha podido facturar en el vuelo. De esta manera, si queremos hacerle llegar un paquete al país vecino, una buena solución es enviarlo a Francia mediante Packlink. Se trata de una compañía que compara entre más de diez transportistas para dar con el servicio más económico, rápido y adaptado a las necesidades del cliente. Además, para envíos internacionales ofrece descuentos de hasta el 50%.
Por último, en lo que a la asistencia sanitaria se refiere, lo más útil es solicitar la Tarjeta Sanitaria Europea, la cual es gratuita y garantiza atención médica en los países de la UE y en Suiza durante todo el periodo de estancia en los mismos.
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Autor: Pedro Fernández
Empresa: OlimpoMarketing
