CASTELLÓN 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
El hombre acusado de asesinar al novio de su ex compañera sentimental de varios disparos en julio de 2007 en el Hospital de La Plana de Vila-real, A.L.G., declaró hoy en la primera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Castellón que lo hizo "sin intención" y para "quitárselo de encima", ya que, según dijo, la víctima le agarró por detrás y ejerció sobre él una gran presión, por lo que decidió disparar.
El fiscal solicita 23 años de prisión para A.L.G. por los delitos de asesinato, quebrantamiento de medida cautelar --ya que tenía en vigor una orden de alejamiento de su ex compañera sentimental-- y tenencia ilícita de armas, así como cinco años de cárcel para otras tres personas, su ex compañera y novia de la víctima, L.F.; el hermano de ésta, R.F.; y la esposa de este último, N.M.; como presuntos encubridores de los hechos. La acusación demanda las mismas penas para los procesados.
A preguntas de las partes, A.L.G. Aseguró que en el momento de los hechos estaba bajo los efectos de la droga, puesto que llevaba cinco o seis días consumiendo cocaína. Tras asegurar que se sentía amenazado por la víctima, manifestó que el día del suceso se desplazó hasta el Hospital de La Plana porque le dolía la espalda, donde coincidió con el novio de su ex compañera, aunque aclaró que en un principio tan sólo vio a la mujer.
"Noté que me presionaron por detrás hasta casi no poder respirar y, para quitármelo de encima, disparé", señaló el acusado, quien añadió que hasta el día siguiente no se dio cuenta de lo que había hecho, cuando decidió esconderse en unos huertos.
El procesado afirmó que en el momento de los hechos él consideraba que seguía manteniendo una relación con su ex compañera sentimental, con la que compartía dos hijos y que ella no le había dicho que también estaba con la víctima.
A.L.G., que declaró sentirse arrepentido de lo que había hecho, reconoció que durante el tiempo en que estuvo escondido hasta que se entregó a la Policía, su ex compañera sentimental fue a verle para darle ropa y comida.
Por su parte, la ex compañera sentimental de A.L.G. y acusada de encubrimiento indicó que las amenazas entre su ex novio y la víctima eran mutuas. Además, subrayó que cuando le dijo al padre de sus hijos que iba a iniciar una relación con la víctima, éste no lo aceptó y "se enganchó de nuevo a la droga".
Respecto al día de los hechos, la mujer señaló que en ese momento "yo ya no estaba con ninguno de los dos porque no quería que discutiesen por mí", aunque decidió acompañar a la víctima al hospital porque se había lesionado y le daba "lástima". La acusada declaró que vio a ambos hombres forcejeando y escuchó varios disparos.
Así mismo, manifestó que llevó al acusado ropa y alimentos mientras estaba escondido "porque yo soy gitana y todavía lo consideraba mi marido, por lo que hacía, lo que me decía". Así, la mujer reconoció que ha retomado la relación con A.L.G., al que ha visitado en varias ocasiones en la cárcel.
Finalmente declaró R.F., acusado de encubrimiento, quien afirmó que A.L.G. le llamó tras producirse los hechos para que recogiese dinero que había escondido para su hijos y despedirse de él porque se iba a entregar, asegurándole que "lo que tenía que hacer ya estaba hecho".
Sin embargo, en el lugar indicado en vez de dinero estaba el arma con el que supuestamente se produjo el asesinato envuelta en un trapo, que no entregó a la Policía "por miedo", según dijo, sino que la escondió en casa de sus suegros. El juicio continuará mañana con nuevas declaraciones.