El Brujo evoca el ambiente flamenco en el Olympia a partir de un texto lleno de humor y poesía de Quiñones

Imagen de El testigo
TEATRO OLYMPIA
Actualizado: miércoles, 3 noviembre 2010 16:54

VALENCIA, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -

El actor Rafael Álvarez 'El Brujo' evoca en el Teatro Olympia de Valencia el ambiente del flamenco con el espectáculo 'El testigo', en el que el popular intérprete se mete en la piel de un cantaor a partir de un texto original de Fernando Quiñones lleno de "humor, poesía y surrealismo".

El artista --que ha presentado en Valencia el montaje, que estará en cartel desde este miércoles y hasta el próximo 14 de noviembre-- da vida esta vez a un hombre que ilustra, a modo de testimonio o testigo, la trayectoria vital de un imaginario cantaor flamenco gaditano, Miguel Pantalón.

El Brujo, que también se ha encargado de la adaptación y dirección de la función, fue en principio algo reticente a embarcarse en este proyecto, impulsado por el Centro Andaluz de Teatro, pero al leer el texto se convenció "a la tercera línea".

RITUAL DE INICIACIÓN

Además de la fuerza del texto --que le "envenenó", ha dicho-- el actor asegura que es un gran aficionado al flamenco, un arte que para él se convirtió en un "ritual de iniciación al arte y un método secreto para ganar seguridad" cuando comenzó a trabajar en el teatro, confiesa.

En esta pieza --que se ha representado ya en Madrid, donde volverá después el año próximo para hacer temporada y que también viajará a América tras su paso por la capital valenciana-- el reto es, precisamente, "evocar" el ambiente flamenco sin música y sin cante y en que el público se crea la imagen de El Brujo como un cantaor y se olvide de otros personajes encarnados por él, como el ya clásico Lazarillo.

En este sentido, señala que cada espectáculo tiene su propia técnica y puntualiza que, después de 35 años de carrera, ha llegado a la conclusión de que es mejor dejar de hacer que hacer. Lo que busca, es "seducir" al espectador más que destacar individualmente.

Por último, el actor ha hecho notar que su modo de entender y hacer teatro continúa vigente a pesar de que hay modas que pasan, como las de los monólogos humorísticos.