VALENCIA 25 Mar. (EUROPA PRESS) -
La artista argentina Laura Lío profundiza en la sala La Gallera de Valencia sobre el poder y sus consecuencias en la muestra 'Señales y Símbolos', que supone una reflexión visual y sus consecuencias y con la que inaugura una nueva perspectiva de su trabajo al incorporar la fotografía a sus instalaciones escultóricas.
Se trata de la primera exposición de Laura Lío, que se mostrará desde este miércoles y hasta el 17 mayo. en Valencia e inaugura con ella una nueva perspectiva de su trabajo. La artista, que reside en Madrid desde 1990, ha desarrollando una ya larga trayectoria en materia de escultura, asociada al dibujo, al grabado, a los libros de artista e incluso al sonido y la poesía y ahora también a la fotografía, según ha informado la Generalitat en un comunicado.
La exposición 'Señales y Símbolos' ha sido creada expresamente para la Sala la Gallera dentro de los proyectos seleccionados en la convocatoria pública de comisariados del Consorcio de Museos. El espectador se encuentra en la planta baja ante un enorme trono que le da la espalda, ubicado en un espacio frontalmente cerrado. El trono, símbolo de un lugar abstracto en donde se hubiera podido sentar toda clase de dominadores, aparece vacío, según el comisario de la muestra, Vicente Jarque "como recordando tal vez eso que se ha dado en llamar el peso de la púrpura".
Jaque explica que el contexto "es tan misterioso como explícitamente teatral. Se trata del territorio de la imponente representación del poder o, mejor, del poder como representación ficticia".
En abierto contraste con ello, de las alturas "cuelgan sin orden aparente decenas de zapatos viejos, desgastados, como metáforas o metonimias del cuerpo humano". Estos zapatos son fragmentos perdidos que la artista ha recuperado en la medida en que los ha "intervenido, manipulado, cargado de cemento, transformado, insertando huesos a título de restos precarios de la existencia y, por ende, de la impotencia".
Las baldas quemadas, o las fotografías que componen la serie 'La vida en llamas' hablan del "estado crítico" del individuo en la sociedad actual, así como de un fuego purificador o, cuando menos, reparador. "Quizá como aquellos fuegos en los que pensaba Julio Cortázar en su relato Todos los fuegos el fuego", explica Vicente Jarque.