Un 'Kung Fu' acusado de disparar por venganza a 4 mujeres 'Mantequilla' alega miedo a que le remataran

Europa Press C. Valenciana
Actualizado: lunes, 8 febrero 2010 18:36

VALENCIA 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

Un joven de 22 años, miembro de la familia apodada 'Kung Fu', acusado de disparar por venganza, en un centro comercial de la localidad valenciana de Alzira, el 31 de enero de 2008, a cuatro mujeres pertenecientes al clan de los 'Mantequilla', afirmó hoy que su intención no era matar a nadie, sino asustar. Aseguró que disparó "al aire" porque no quería que les "remataran" --en referencia a su madre, con quien iba acompañado--.

Esta fue la última declaración que prestó este joven de etnia gitana en la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, donde hoy se celebró la última vista de este juicio que comenzó en enero, en el que también está imputada su madre, de 56 años, en calidad de cómplice de cuatro delitos de intento de asesinato.

Al preguntarle el presidente de la Sala por si quería decir unas últimas palabras antes de que la causa quedara vista para sentencia, el joven indicó que "en ningún momento" quiso matar a estas mujeres, ya que "si hubiera querido, lo hubiera hecho, porque las tenía delante", apostilló.

Así mismo, reiteró que realizó varios disparos --con un arma para la que no tenía licencia-- porque "lo único que quería es que no nos remataran, como ya hicieron con mi familia". Ya que, en abril de 2006, varios miembros del clan de los 'Mantequilla' acudieron a su vivienda y mataron de varios tiros a su padre, su tío y a dos de sus hermanos. También intentaron acabar con la vida de su madre --imputada en esta causa--, que finalmente se salvó.

En base a su declaración, su letrado pidió que se le absuelva de los cuatro delitos de intento de asesinato y del delito de tenencia ilícita de armas, para los que el fiscal reclama una pena de 33 años de cárcel, y se le condene, como alternativa, por un delito de lesiones y otro de tenencia de armas, pero a un máximo de dos años de cárcel en total.

Así mismo, la defensa de su madre también pidió la absolución de su cliente, para la que el ministerio público reclama una de 14 años de cárcel por cómplice. De hecho, el fiscal le acusa al estimar probado que fue ella la que avisó a su hijo de que las mujeres a las que disparó estaban saliendo del centro comercial, tal y como corroboraron dos testigos.

Para que el ministerio fiscal mantuviera esta pena, se basó en las versiones de estas dos testigos --la vigilante de seguridad y una persona que se encontraba en ese momento en el aparcamiento del establecimiento-- puesto que las cuatro víctimas no acudieron a prestar declaración.

Así, el fiscal recordó que estos testigos ratificaron, frente a la versión que ha ofrecido el acusado a lo largo del juicio, que tanto los acusados como las víctimas se cruzaron en el centro comercial, y que fue el joven quien sacó un arma y disparó después de que su madre le avisara de que las mujeres estaban saliendo. Además, los testigos no observaron que previamente las víctimas intentaran extraer algo de su bolso, tal y como mantuvo el acusado.

En cuanto a la versión del joven, de que disparó al aire o al suelo para asustar, el fiscal indicó que apuntó hacia abajo porque las víctimas, tras escuchar el primer disparo, se habían lanzado al suelo para refugiarse. De esta manera, considera probados los cuatro delitos de intento de asesinato y no cree que se le deba tener en cuenta ninguna circunstancia atenuante puesto que los informes forenses corroboraron que en ningún momento sufrió miedo patológico. "Hubo reiteración y permanencia en los disparos", mantuvo el fiscal. Y, además, alevosía, ya que "se atacó por sorpresa y por la espalda".

Frente a ello, la defensa de los acusados se refirió en todo momento al incidente que tuvo lugar en abril de 2006, lo que provocó que el joven se "atemorizara al pensar que podía ser de nuevo disparado"; es "algo lógico", dijo. Además, insistió en que si hubieran buscado venganza "no hubieran esperado casi dos años". Por ello, reiteró que el encuentro entre los miembros de los dos clanes fue "casual" y "fortuito".

LOS HECHOS

Los hechos ocurrieron el 30 de enero de 2008, cuando los acusados, sobre las 18.00 horas, al entrar en un centro comercial de Alzira vieron en la línea de caja a cuatro mujeres --una madre y sus tres hijas, una de ellas embarazada--, miembros de otra familia con la que existía una gran enemistad, según el fiscal.

Ambos salieron del centro comercial y de "común y previo acuerdo", decidieron atentar contra la vida de las cuatro mujeres. Para ello, la madre se quedó vigilando la salida apoyada en un coche mientras su hijo, con un revólver del que carecía de permisos, esperaba el aviso, según consta en el relato fiscal.

En un momento determinado, cuando el joven se encontraba a cinco metros de distancia de las víctimas, guiado por el "ánimo de matar", sacó "de forma súbita, sorpresiva e inesperada" el arma con la que disparó al menos en cuatro ocasiones contra las mujeres, en las que únicamente logró impactar en una de ellas porque las otras se tiraron al suelo al oir los disparos.

Los dos acusados se subieron en una furgoneta y emprendieron la huida. La víctima, de entonces 33 años y embarazada de ocho semanas, sufrió el impacto del disparo en el muslo derecho, por lo que tuvo que ser intervenida e ingresada en la UCI. En total, necesitó 120 días para curarse, de los que 90 estuvo incapacitada para su trabajo.

Contenido patrocinado