Natalia Litvinova, sobre los discursos antiinmigración: "No se enteran de que hace falta más ternura"

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Archivo - NATALIA LITVINOVA - ALEJANDRA LÓPEZ - Archivo
Publicado: sábado, 12 octubre 2024 13:27

   La escritora logra en 'Luciérnaga', premio Lumen de novela, "resignificar" Chernóbil, su "marca de nacimiento"

   VALÈNCIA, 12 Oct. (EUROPA PRESS) -

   La escritora y editora Natalia Litvinova, Premio Lumen de Novela 2024 por 'Luciérnaga', cree que quienes defienden los discursos y bulos contra la inmigración "no se enteran de que hace falta más ternura, que el otro no es un enemigo y que ninguna vida es descartable".

   "Mi familia tuvo que migrar para sobrevivir, para que mi hermano y yo tuviéramos un futuro mejor", asegura la escritora nacida en Bielorrusia y afincada en Buenos Aires. "Como dijo Cristina Peri Rossi, el que parte, se parte en dos".

   Así lo ha destaca la autora, cuyo debut en la narrativa, tras publicar varios libros de poesía, se ha hecho con el premio Lumen.

   "'Luciérnaga' es mi primera novela, mi entrada en la narrativa; aunque ya hace varios años vengo escribiendo poemarios en los que el lirismo se da un abrazo con lo narrativo. Me apasionan los textos híbridos a los que no les importa tanto responder qué son o qué etiqueta deberían portar", reflexiona en declaraciones a Europa Press.

   La narradora nació a pocos kilómetros de Chernóbil en 1986, el año en el que explota la central nuclear y creció en un país atravesado por la confusión y la miseria.

   Ese pasado impregna 'Luciérnaga', que define como "una luz titilante y persistente entre tanta oscuridad que ha provocado la humanidad". Pero también es su experiencia con el pasado, el retorno a las historias de su familia, y sobre todo, "de las mujeres de mi familia que han sido silenciadas y violentadas en su patria", recalca.

   Litvinova asegura que ha sido "una experiencia asombrosa habitar la narrativa" y que, por momentos, le resultaba "natural, algo que iba a ocurrir de todas formas". "A veces creo que yo solo escribí. Es lo que hago todos los días. Si no escribo, empiezo a sentir la falta del misterio y el día se hace más pesado, ordinario", confiesa.

   Añade la autora que Chernóbil fue "un acontecimiento monstruoso que cambió la historia de la humanidad, a partir de ese hecho trágico empezaron a caer muchos velos". "También aprendí --prosigue-- que Chernóbyl es una palabra que proviene del ajenjo, es una palabra tan amarga como esa planta. Y que a ninguna boca le agrada lo amargo, a ningún corazón".

   "Chernóbil es mi marca (mancha) de nacimiento y aprendí a convivir con ella. Gracias a la escritura pude interpelarla, resignificarla", agrega.

"AYUDAR DESDE LA EMOCIÓN"

   Preguntada por ejemplos actuales del silenciamiento, literal, de las mujeres en países como Afganistán, la autora comenta que "el arte no puede solucionar esos problemas", pero sí cree que "ayuda desde la emoción y darnos herramientas para enfrentar ciertos discursos".

   "Si los discursos del poder y el odio caen sobre nosotros desde una torre de marfil, el arte nos hace bailar para que no olvidemos que somos celebración y vida, el arte provoca, balbucea abriendo grietas en lo que parece eterno e impenetrable y propicia espacios para los pensamientos profundos. El arte y la cultura nos devuelven la libertad que nos quitan", zanja.

   Natalia Litvinova es poeta y editora. Nació en Bielorrusia en 1986 y desde 1996 vive en Buenos Aires, donde imparte talleres de poesía. Ha publicado varios libros, entre ellos 'Todo ajeno' (2013), 'Siguiente vitalidad' (2016), 'Cesto de trenzas' (2018), 'La nostalgia es un sello ardiente' (2020) y 'Soñka, manos de oro' (2022). Su obra ha sido publicada en Alemania, Francia, España, Argentina, Chile, Brasil, Colombia y Estados Unidos.

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