VALENCIA, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a una pena de seis años de prisión al joven, de 22 años, miembro de la familia apodada 'Kung Fu', por disparar a cuatro mujeres pertenecientes al clan de los 'Mantequilla' el 31 de enero de 2008 en un centro comercial de la localidad valenciana de Alzira. Una de ellas, embarazada de 8 semanas, resultó herida y tuvo que ser operada.
Según consta en una sentencia facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), contra la que cabe recurso de casación en un plazo de cinco días, el tribunal ha decidido condenar a este joven por un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de tenencia ilícita de armas, en lugar de por cuatro de asesinato en tentativa --tal y como solicitaba el ministerio fiscal, que en total sumaba 33 años de cárcel para él-- al entender que no hubo alevosía y que es "muy difícil" afirmar que la voluntad del joven fuera asesinar a las cuatro mujeres.
Además, en la misma causa, el tribunal absuelve a la madre del procesado, de 56 años, acusada por el fiscal en calidad de cómplice de los cuatro delitos de asesinato en tentativa. Para ella reclamaba una pena de 14 años de prisión, pero la Sala ha decidido absolverla al considerar que no ha quedado acreditado que supiera que su hijo tenía un arma, ni que estuviera buscando a las mujeres para matarlas.
En todo momento, el joven mantuvo en la vista oral celebrada en la Audiencia de Valencia que realizó varios disparos porque "lo único que quería es que no nos remataran, como ya hicieron con mi familia", ya que, en marzo de 2006, varios miembros del clan de los 'Mantequilla' acudieron a su vivienda y mataron de varios tiros a su padre, su tío y a dos de sus hermanos. También intentaron acabar con la vida de su madre, que finalmente se salvó.
Tras escuchar su relato, el de su madre y testigos, el tribunal ha considerado probado que el día en que se registraron los hechos, el joven y su madre observaron que en la línea de cajas se encontraban cuatro mujeres miembro de los 'Mantequilla', de forma "causal", con las que tenían malas relaciones especialmente desde la tarde del 30 de marzo de 2006.
Al verlas, ambos salieron del centro y se dirigieron a su vehículo, de dónde el jóvenes extrajo un revólver, para el que carecía de licencia. Al verles salir --acompañadas por una vigilante jurado, ya que se habían visto mutuamente-- el joven abrió fuego al menos en cuatro ocasiones, impactando un proyectil en una papelera, otros dos en un turismo, y uno más sobre una de las mujeres, en su muslo derecho.
FIJARSE EN HECHOS ANTERIORES
El tribunal, para adoptar una decisión, afirma que no puede dejar de sostenerse el hecho acaecido casi dos años antes en la casa de los padres del joven, cuando entraron miembros del clan de los 'Mantequilla' y tras una discusión por una cuestión sentimental entre un hombre de su clan y una mujer del contrario, abrieron fuego y ocasionaron la muerte de cuatro personas del clan anfitrión. Tres de ellos, parientes de primer grado del joven y su madre.
A pesar de ello, según sostiene la Sala, pasaron casi dos años sin que tomasen venganza, aunque el joven se hizo con un arma que portaba en el coche "como medio de defensa" en caso de que fuese a sufrir otra agresión similar. Por este motivo, entiende que "no hay duda" de que el encuentro en la línea de cajas del centro comercial "fue absolutamente casual", puesto que, de lo contrario, "no hubiesen entrado al local y las hubieran esperado fuera y armados".
En este punto, añade que la razón por la que el joven se arma en lugar de huir, "no es cosa clara", pero puntualiza que "no puede pedirse a quien ha recibido tales golpes en su vida, teniendo a su madre superviviente de la masacre al lado, que razone de manera normal".
Además, contempla el hecho de que cuando salen las mujeres, que también los habían visto, se dirigen hacia la zona en la que estaban, por lo que el joven no se acerca a ellas ni se sitúa en las cercanías de su vehículo, sino que "permanece en todo momento junto al suyo, donde se había introducido su madre y en la dirección del que avanzaban las mujeres".
También considera probado que el joven disparase "de manera repetida", y que al menos uno de los proyectiles fuera en dirección a una de las mujeres, a la que hirió. Pero no parece que fuese el primero, dada la zona del impacto. "Más parece que los primeros fueron al suelo".
Tras disparar, el joven se va y "no persiste en la acción", más cuando tiene a una de las mujeres heridas en el suelo y las demás permanecen con ella. "Se marcha sin persistir ni consumar acción homicida alguna". Por ello, entiende que no hay alevosía que integre el delito de asesinato y dice que es muy difícil afirmar que su voluntad fuera asesinar a las mujeres.