'Maniobras' de amor y violencia en el Figaro

Imagen del montaje Maniobras
GRUPOS MEDIA
Actualizado: lunes, 24 enero 2011 17:10

MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

El montaje 'Maniobras' recurre al drama para denunciar el abuso de poder, y lo hace a través de una historia de amor entre dos jóvenes. El Teatro Fígaro de Madrid acoge esta obra, dirigida por Mariano de Paco Serrano y protagonizada, entre otros, por Manuel Gallardo y Olalla Escribano.

La relación entre el dominante y el dominado es la excusa de esta obra para emocionar al espectador, conmoverlo y rozar "la piel del alma", según ha explicado en la presentación el autor de esta obra, Eduardo Galán. Según ha explicado, este drama "intenso y actual rompe el dolor salvaje de la violencia que veremos".

'Maniobras' "apela al ciudadano", señala su autor, porque desde una perspectiva "teatral y ágil" condena el abuso de poder, "tanto el que ocurre en la violencia y el sexo, como la perversión del poder en cualquier ámbito". El espectador podrá, de esta forma, reflexionar acerca de sí mismo desde cualquiera de sus facetas: testigo, cómplice o víctima.

Para ello, el montaje se desarrolla en el mundo militar --"muy de rito"-- y el teatral, dos profesiones que sirven aquí como símbolo de abuso de poder. Para Olalla Escribano, ambas realidades comparten un "atractivo escénico muy bueno", por lo que, más allá de resultar un ataque, son la excusa para abordar un problema que afecta a "todos los estamentos sociales".

"PUÑETAZO QUE AGITA"

Según indica Escribano, la obra funciona como un "puñetazo que agita", una obra "en carne viva" que anima al público a reflexionar sobre un abuso que está "a la orden del día", en el que todos hemos sido "víctimas y verdugos". Ella interpreta a una mujer soldado que vive una historia de amor junto a su pareja, Darío (Alejandro Arestegui), un actor que está a las órdenes de un director de teatro, interpretado por Manuel Gallardo.

Otros de los temas que emergen en esta obra son la "ambición y la vanidad", según explica Arestegui, así como de los momentos amargos que trae la vida y que "quiebran" la energía y la ilusión de la pareja.

Para Gallardo, esta es una obra "de denuncia" que todo el mundo tiene que ver "porque tiene algo que te hace pensar". "Todos tenemos que darnos cuenta de que muchas veces somos culpables cuando esto ocurre", señala. Sin embargo, matiza que aunque el poder corrompe, este texto da un "rayo de luz" acerca de cómo se puede salir hacia delante.

Por su parte Juan Color, en el papel del teniente, explica que se trata de un personaje "desalmado, una fiera humana o inhumana" que, sin embargo, "tiene momentos en esta obra, no para justificar sus actos, sino para explicar algo de su pasado y no ser tan maniqueo".

REIVINDICAR LA CALIDAD

Eduardo Galán lamenta que el autor que está vivo "necesita nombres de famositos de la tele". "Hemos estropeado el teatro con esta fórmula, en la que se necesita al actor de moda en la televisión", lamenta. Además, critica que en los medios de comunicación sólo se hacen entrevistas a estos actores, algo que, a su juicio, es algo que hay que denunciar.

En esta línea, su director, Mariano de Paco, señala que en el mundo del cine se ven y se distribuyen dramas sin ningún problema, algo que es necesario reivindicar en el teatro, para que suceda lo mismo.