'Romeo y Julieta' llega al Festival de Otoño con una escenificación metáfórica del odio humano en una pizzería de Verona

Actualizado: miércoles, 11 octubre 2006 18:00


MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los Montescos y Capuletos se meten en harina teatral para desplegar todo su odio personal bajo el marco escenográfico de una pizzería de Verona, estos son los elementos principales de la versión del clásico de Shakespeare 'Romeo y Julieta' que llega mañana al Teatro de la La Abadía dentro del Festival de otoño. El montaje corre a cargo de la compañía de teatro independiente lituano, llamada con el nombre de su director, 'Osakras Korsunovas Theater' que visita España por primera vez.

El propio Korsunovas presentó hoy el espectáculo y declaró que la versión habla de las "civilizaciones basadas en la cultura del odio". Unas civilizaciones representadas en estas dos familias que necesitadas de un "enemigo inventado" como signo de identificación, acaban destruyéndose a sí mismas "sin acordarse de la razón de su rencor", explicó el director.

El elemento del pan y su elaboración, a la que se dedican las dos familias de forma paralela, sirve como eje de la condición de vida y del peligro de que su creación errónea suponga para ellos motivo de muerte. Según declaró Korsunovas, en el pan se representa la "profundidad metafísica de la cultura cristiana". De este modo, las dos familias compiten, a través de su inventiva culinaria, en una batalla que se torna confusión y odio como metáforas de la transformación, el pasado y la muerte.

BALCÓN SHAKESPERIANO

El único espacio escénico de este montaje del clásico de Shakespeare está concebido, según explicó la escenógrafa, Jurate Paulekaite, bajo el concepto del "balcón shakesperiano", donde los actores se incorporan al escenario como "figuras barrocas" que dibujan cuadros en un mismo marco. Cuando la joven pareja huye de ese marco la provocación activa a las dos familias.

La simetría entre ellas se escenifica en dos partes gemelas que encuentran su eje visual en un "recipiente eucarístico" donde se mezcla el pan con el veneno y una mesa central que representa "el altar", explicó Paulekaite. La elección de la cocina responde a la necesidad de recuperar la esencia "viva y orgánica" del teatro de Shakespeare, afirmó el director.

La obra comienza por el final, es decir, los actores representan un prólogo en el que cuentan la tragedia que está a punto de suceder, a través de este formato se pretende "enseñar al espectador lo que han hecho mal", declaró Korsunovas. Los personajes se reconocen como fracasados y de igual forma que las aperturas operísticas, se presenta la tragedia y se amplia con la historia.

COMPAÑÍA INDEPENDIENTE

Oskaras Korsunovas está al frente de la 'Orkaras Korsunovas Theater' desde hace ocho años. Después de seis años de trabajo en el Teatro Nacional de Lituania, decidió hacerse independiente para desarrollar su concepto creativo del teatro basado en la "viveza continua de la obra". Una teoría que se basa en un proceso de ensayo continuo y una asimilación de la reacción del público como camino a la "perfección teatral", explicó.

De este modo, esta compañía lleva ocho años representado un repertorio compuesto por diez espectáculos que abarcan tanto la obra clásica como la contemporánea. Sin un lugar de ensayo concreto, esta agrupación ha tratado de llevar a escena las diferencias generacionales producidas por las rupturas históricas, como la que se produjo en Lituania a raíz de la caída del comunismo para evolucionar, en la actualidad, hacia unos montajes de temas variados que incluso incorporan elementos musicales.

La compañía cuenta con diferentes directores y diez actores fijos. Llevan a cabo la organización del Festival Sirena, el más grande de su país y su Festival de Teatro de Verano. Han recorrido numerosos países con sus representaciones, fomentando un teatro independiente que en lugar de tener la vida de un humano dura lo mismo que la "vida de un perro", concluyó Korsunovas.