MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
La banda uruguaya La Vela Puerca regresa a España con una gira que arranca este miércoles en Valencia (Rock City) y que visitará Madrid (Penélope), Pamplona (Zentral), Bilbao (Kafe Antzokia) y Barcelona (Razzmatazz 2), antes del fin de fiesta el día 30 en el siempre masivo Festival ViñaRock de Villarrobledo (Albacete).
El motivo de esta gira es presentar Érase..., su más reciente disco y nuevo paso en una trayectoria que empezó a finales de 1995 en Montevideo, y que durante estos lustres les ha asentado como una de las bandas fundamentales de Sudamérica, donde protagonizan conciertos multitudinarios.
En España, sin embargo, siguen trabajando día a día para encontrar su hueco entre el público, con actuaciones en recintos de menor aforo. "Está bien sentir que después de veinte años vuelves a empezar y que cada paso es mejor. Es muy saludable para una banda que el boca a boca siga funcionando y siga creciendo", recalca el vocalista Sebastián Teysera.
"Tú tienes además el compromiso de salir a darlo todo porque es en estos conciertos donde hay que ganarse a la gente", asegura, para después añadir que cuando tocan en Uruguay y en Argentina "es como que el partido ya está ganado". "Cuando hay que ganarlo es cuando más nos ponemos las pilas. Son conceptos diferentes y lo más sano para cualquier banda es vivir ese tipo de conciertos tan diferentes entre sí, aunque toques las mismas canciones", plantea.
Sea donde sea, ahora presentan en España su disco Érase..., en el que aglutinan todo tipo de estilos y que para ellos es "como un libro musical" que cuenta una historia con la que han tratado de "ir un poquito más allá", de azuzarse a ellos mismos para de alguna manera reinventarse y "afrontar nuevos desafíos".
Entre esos desafíos está una nueva visita a Alemania después de su paso por España. "Nuestra relación con Alemania empezó de una manera muy inocente y ahora es como una casa más para nosotros. Son conciertos chiquitos que te recuerdan a los comienzos y eso también te pone los pies en la tierra. Vives esas dos realidades: tocas delante de 20.000 personas y unas semanas después delante de 60. Eso está muy bien", subraya entre risas.