Vicenta Fernández-Montesinos rememora en un libro su infancia en Granada junto a su tío Federico García Lorca

Actualizado: viernes, 16 mayo 2008 19:25

SEVILLA, 16 May. (EUROPA PRESS) -

Vicenta Fernández-Montesinos García, sobrina del poeta Federico García Lorca e hija de Manuel Fernández-Montesinos, alcalde de Granada hasta que fue asesinado por los fascistas en 1936, rememora sus vivencias de infancia en Granada en el libro 'Notas deshilvanadas de una niña que perdió la guerra', publicado por Comares.

Los recuerdos de esta niña "tierna y entrañable" que era Tica, según indicó a Europa Press la autora del prólogo de la obra y amiga de la autora, Antonina Rodrigo, se remonta a sus primeros años en la Huerta de San Vicente, la residencia de verano de la familia Lorca, un "paraíso que Tica ha idealizado durante toda su vida".

"Fue un tiempo muy feliz para esa niña, que era la primera nieta de la familia, por lo que todos, incluidos su abuela y su tío Federico especialmente, se volcaron con ella en atenciones y cariño", explicó Rodrigo.

A este hecho, se unió el contratiempo de que Vicenta sufrió en su infancia una "gravísima" otitis que la afectaría durante toda su vida, lo que obligó, para evitar la infección, a que le cortaran las trenzas. "Esto hizo que los cuidados y el amor que recibió Tica se multiplicaran", apuntó.

Precisamente, para que la niña no lamentara la pérdida de su trenzas, Rodrigo cuenta, en una anécdota muy "ilustrativa" de la estrecha relación que mantenían sobrina y tío, que cuando Federico llegó a casa y vio las trenzas cortadas "se puso a hacer como que lloraba para hasta que la niña comenzó a reír".

En este sentido, la prologuista indicó que Tica refleja en el libro unos recuerdos "hermosísimos" de su tío, el cual le enseñó a cantar y a bailar. "Para ella y para el resto de la familia Federico era la alegría de la casa", comentó. También fue el poeta el responsable de que la niña se llamara Vicenta como su abuela, y no Concha como debería haber sido, ya que nació un 9 de noviembre y era éste también el nombre de su madre.

"Es una maravilla observar como en el libro Tica habla de un Federico que era la luz, la alegría y la gracia de aquella casa --apuntó--, era un genio con una sensibilidad enorme y una forma muy telúrica de captar la realidad".

Este tiempo de felicidad se verá truncado con la llega de la Guerra Civil y el asesinato de Federico y Manuel Fernández-Montesinos, un drama que golpeará "duramente" a la familia y los empujara a salir de España con la condición, impuesta por Franco, de que "no hablaran ni del país ni de la muerte de sus familiares allí donde fueran", afirmó.

Según Rodrigo, a Vicenta, como al resto de los niños, nadie le habló de lo que había pasado, pero ella notó como de repente se hizo el silencio y ni su padre ni su tío eran nombrados en su presencia. Después, Concha, su madre, cambió sus vestidos de color por el luto "riguroso", e incluso a los niños los vistieron de medio luto, concretamente, a ella, "con un lazo negro en la cabeza".

MADRID Y NUEVA YORK.

El libro concluye cuando, tras instalarse con su familia en el hotel Gran Vía de Madrid --desde donde se marcharon unas semanas después a la calle Velázquez--, la familia viaja a Estados Unidos con la ayuda de Soledad Ortega, la hija de Ortega y Gasset.

Después de una travesía de 40 días, llegaron a Nueva York, donde los esperaban Isabel y Francisco García Lorca junto a la pareja de éste, Laura de los Ríos, la hija del último embajador de la República en Estados Unidos, Fernando de los Ríos.

Pasados los años, Tica regresó a España, aunque la familia "nunca quiso volver". Ya en España, se instalaron en Madrid y la autora finalizó sus estudios en Filología Inglesa. Pero tardaría muchos años en visitar la Granada de su infancia, un lugar "muy diferente" al que encontró.