Recuerdos de Granada: Reino de 'Saras' en el regreso de la afición

Sarunas Jasikevicius
Sarunas Jasikevicius - ACB PHOTO/MARIANO POZO
Europa Press Deportes
Actualizado: lunes, 21 febrero 2022 9:09

GRANADA, 21 Feb. (del enviado especial de Europa Press, Rodrigo Trascasa) -

La Copa del Rey 2022 de baloncesto será recordada por la afición en las gradas del Palacio de los Deportes de Granada. El color y fervor de las ocho aficiones siempre ha sido y es seña de identidad del torneo pero, al perderla el año pasado por la pandemia, multiplicó su fuerza. La gente tenía ganas de Copa y se vio desde que el primer niño de cinco años que suele salir con el balón para dárselo al árbitro se llevó el cántico de "MVP, MVP".

La ilusión de ese mismo o cualquier niño, cuando todo es posible y la vida puede ser maravillosa, la traían de serie cada uno de los miles de seguidores que acudieron a la capital nazarí. La Copa tenía de nuevo a dos gigantes como muy favoritos, Barça y Real Madrid, y contra ellos el sueño de BAXI Manresa, Río Breogán, Valencia Basket, UCAM Murcia, Joventut y Lenovo Tenerife.

Los de El Bages despertaron muy pronto, apenas les dejó el Barça paladear un poco su regreso al torneo 18 años después. El Río Breogán lo peleó algo más con el Real Madrid, pero Dzanan Musa y el "sí se puede" lucense no despistó a los blancos. El equipo de Laso enseñó las dudas que traía a la Copa, pero se enchufó a costa del Lenovo Tenerife, de nuevo derrotado en semifinales.

"No somos los terceros de la Liga como el año pasado", dijo Txus Vidorreta después de la eliminación. Los de La Laguna, con Huertas tocado físicamente y con dos faltas de Shermadini en minuto y medio, no tuvieron recursos para inquietar al Madrid. Antes, el Joventut estuvo a un minuto de cobrarse una remontada épica sobre los canarios, pero la magia de la Copa fue caprichosa.

'La Penya tiene duende en Granada' hubiera sido el titular del partido que abrió la Copa si los de Badalona llegan a culminar su inesperada reacción. El Breogán también compró papeletas de campanada y a quien estuvo cerca de tocarle el Gordo fue al Valencia Basket. Los de Peñarroya volvieron del vestuario con un espectacular parcial de 21-0 y aún así cayeron en cuartos ante el UCAM Murcia.

EL CASI MILAGRO DEL UCAM

¡Qué historia la del Murcia! Sito Alonso llegó in extremis tras superar la cuarentena por pasar el COVID y aún con las secuelas. Con un brote en la plantilla, el equipo estuvo dos semanas sin rodaje, pero lograr la primera clasificación de la historia del club para la Copa merecía el esfuerzo. 26 años después de la edición que jugó como anfitrión, el Murcia repitió semifinales.

Los de Sito rozaron la hazaña de eliminar al Barça, con un festival de Taylor y McFadden y una tremenda entrega en defensa. Cuando peor pintaba para el campeón, Mirotic ejerció de líder, un par de rebotes, tres canastas seguidas, y el Barça llegó de nuevo con el mando al último cuarto, donde Kuric terminó con el UCAM.

La actuación murciana dio que hablar y que pensar. El domingo por la mañana, tanto Laso como Tavares reconocieron que las ganas y la dureza del Murcia eran su camino a seguir en la final. Una buena defensa marca las diferencias: control, orden y contundencia, dentro de las mil revoluciones por minuto y la emoción incontrolable.

Tenía reciente el Madrid el último golpe del eterno rival en Euroliga, el seis de seis de Jasikevicius en la capital, y un primer cuarto de 8-28. Laso ajustó su defensa en Granada --frenó al mejor ataque de la Liga (Breogán) e impidió jugar de tres a un enamorado de la distancia (Lenovo Tenerife)-- y devolvió el hachazo.

Un 19-5 de los blancos abrió la final, un vuelco a los pronósticos ver la energía del Madrid y su fondo de armario. "He visto al equipo mejor físicamente, era importante llegar a la Copa con mentalidad correcta", había dicho Laso el sábado. Tres derrotas en seis partidos, Clásicos perdidos, la mala racha había despertado dudas, con el desgaste del arreón de diciembre y la incógnita sobre la necesidad de una renovación en la plantilla.

El 28 veces campeón de Copa se parapetó con el extra que da un título en juego, el aroma que persigue Laso en la última década con 21 conquistas, y la presentación en la final refrendó su mejoría. El Madrid logró igualar las fuerzas, cortar la sangría de los últimos Clásicos y pelear de tú a tú, pero se le hizo larga la lucha.

"SE ME PUSO LA PIEL DE GALLINA"

La segunda parte fue un 30-46, una demostración de poderío de un Barça campeón, capaz de controlar todas esas emociones que envuelven a un partido decisivo, en medio de la adversidad, con la autoridad de sus recientes conquistas y con un guía. "Me preocupaban las caras de los chicos, les vi muy fríos, muy solos", dijo Jasikevicius sobre lo que se había encontrado en el vestuario.

"'Saras' ha estado de 10 sobre todo en el descanso, parecía que era el único que confiaba en nosotros, ha tenido una gran charla, se me puso la piel de gallina", dijo Mirotic. 'Saras' tocó la fibra, volvió a demostrar que lo que transmite, aunque a veces parezca un loco de la colina, cala en sus tremendamente buenos jugadores.

El Barça controló las pulsaciones y recordó el librillo de su maestro encontrado a su líder, el MVP Mirotic, y al joven lituano Jokubaitis, igual de impulsivo que su jefe y compatriota. La confianza se la dio Jasikevicius, quien en un año y medio ha cambiado a un Barça que, aunque había saboreado dos Copas con Pesic, vivía aún a la sombra de los éxitos del Madrid de Laso.

De Kaunas a Granada, en cuyas tierras persiguió el romano al cartaginés, del norte llegaron los visigodos y la conquista musulmana y la Granada nazarí dejaron su imborrable huella. Al lado de la Alhambra, un nuevo Reino palpita, el de 'Saras', camino de consagrarse si protege sus dominios en la Liga y es capaz de extenderse por los confines del 'Viejo Continente', para levantar una Euroliga culé 12 años después.

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