TOURS (FRANCIA), 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
El ciclista belga Greg Van Avermaet (BMC) se ha adjudicado este domingo la 105ª edición de la Paris-Tours tras ser el más rápido en la meta de la ciudad francesa en el sprint disputado al corredor italiano Marco Marcato, después de que ambos corredores consiguieran llegar por delante del grupo que estuvo en cabeza durante buena parte de una carrera muy combatida.
No llegó aparecer la lluvía en esta edición, pero si el viento que provocó algunos abanicos a media carrera, permitiendo la creación de un grupo formado por una veintena de corredores que llegó a contar con más de un minuto y medio de ventaja respecto al pelotón.
Por detrás, equipos como HTC y Saxo Bank trabajaban y para reducir las diferencias con el grupo de cabeza. Sin embargo, entre los escapados había corredores que no tenían ganar de echar por tierra el trabajo realizado durante buena parte de la carrera, como era el caso de Marcato, que a falta de 30 kilómetros metió una marcha más al grupo para intentar aumentar las diferencias.
La France de Jeux comenzó a endurecer el ritmo para que la ventaja no fue mucho más allá, pero no había mucho entendimiento a la hora de tirar, lo que permitió que varios hombres, con Philippe Gilbert, actual campeón belga y ganador dos veces de la prueba, a la cabeza, saltaran del pelotón a falta a poco más de 20 kilómetros para meta.
El corte hizo reaccionar a corredores como el actual campeón de Francia en ruta, Sylvain Chavanel, que no le estaba gustando la indecisión del pelotón y también decidió escaparse. Poco tardó en cazar al grupo de Gilbert, y no se lo pensó dos veces a la hora de continuar con su esfuerzo para intentar alcanzar a un grupo de cabeza, donde también probó suerte Gerard poco antes de llegar al Cote du Beau Soleil.
Aún quedaba una cota más por superar en la carrera y precisamente en ese punto, la Cote d'Lepan, a poco más de seis kilómetros para meta, Marcato y Van Avermaet decidieron saltar en busca de Gerard, al que no sólo consiguen alcanzar, sino también dejarlo atrás.
A pesar de que la diferencia respecto a sus persiguidores no llegó siquiera al medio minuto, ambos corredores supieron trabajar perfectamente para coordinarse en unos relevos que les llevaría a plantarse en solitario en meta y jugarse la victoria de esta clásica de otoño.
