LONDRES, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Arsenal y el Manchester United se medirán mañana en el duelo de líderes de la 'Premier League', que disputará este fin de semana su duodécima jornada, y que supondrá la primera gran prueba de fuego para los londinenses después de su gran arranque de campeonato.
El joven equipo de Arsene Wenger, liderado en el terreno de juego por el español Cesc Fabregas, se medirá al vigente campeón de Liga que llega con los mismos puntos que los 'gunners' (26). Y es que, aunque el duelo llega demasiado pronto como para pensar que puede resultar decisivo en el devenir del conjunto que salga derrotado del Emirates Stadium, el choque ofrecerá una clara muestra de hasta donde puede llegar el talentoso, pero inexperto, bloque de Wenger.
De lo que no cabe duda es de que en el partido estrella de la semana en la 'Premier', se medirán dos bloques enrachados. A pesar del empate ante el Liverpool de hace siete días, el Arsenal llega como invicto a su cita con el Manchester, mientras que los 'red devils' acumulan ocho victorias consecutivas en sus últimos compromisos y han marcado cuatro goles en sus últimos cuatro encuentros.
A pesar de tratarse de uno de los mejores partidos que se pueden ver en el fútbol mundial a día de hoy, la afición española pondrá buena parte de su atención en otro terreno de juego, concretamente en Riverside, donde el manchego Juande Ramos se estrenará en el banquillo del Tottenham en la competición liguera, después de su precipitada salida del Sevilla.
Los 'Spurs', que ya vencieron al Blackpol bajo el mando del español entre semana en Copa de la Liga, esperan mejorar la fragilidad defensiva que mostraron frente a un conjunto de inferior división. Precisamente, en la Copa de la Liga, los londinenses ya derrotaron al 'Boro'.
También mañana, dos de los candidatos al triunfo, Liverpool y Chelsea jugarán a domicilio en salidas de diferente dificultad. Así, mientras los de Rafa Benítez se medirán al sorprendente Blackburn Rovers, quinto, el remozado Chelsea de Tem Cate se desplazará hasta el feudo del Wigan, que no consigue escapar de la zona de peligro, tras un comienzo irregular.
