BARCELONA 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
El piloto Isidre Esteve mostró hoy una gran entereza y también su esperanza en su reaparición pública, postrado en una silla de ruedas, desde que sufrió una grave lesión medular el pasado 25 de marzo, por la que perdió la sensibilidad y la movilidad en las piernas y por la que desde entonces permanece ingresado en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona, y admitió que algún día le gustaría volver a participar en el rally Dakar.
Esteve, de 34 años, asume con ilusión su nueva vida, en la que se propone seguir vinculado al mundo del motor y también dedicarse a promocionar en España la actividad de la fundación 'Wings por Life' (Alas para la vida), creada por el ex piloto Heinz Kinigadner, director del equipo KTM, para investigar las lesiones medulares y que financió la operación en que hace dos meses le implantaron un estimulador para tratar de regenerar su médula.
En el horizonte, no descarta regresar al rally Dakar, en el que ha participado en diez ocasiones y nunca ha ganado, como él mismo recordó, y disputar la prueba en un coche adaptado u otro tipo de vehículo especial, como han hecho otros pilotos con lesiones similares. "Me encanta el Dakar y todo lo que envuelve a la carrera, así que por qué no. Claro que me gustaría participar en coche, pero todavía falta un poquito", manifestó.
"Estoy completamente seguro que el año que viene ni los próximos iré al Dakar subido en una moto, pero voy a luchar para no desvincular mi vida del deporte ni de lo que más he amado, las carreras y los rallys. No sé lo que voy a hacer, pero seguro que podré hacer algo. Me gustaría seguir en las carreras, participar subido en no sé qué, pero estando allí", afirmó, antes de concluir la rueda de prensa ofrecida en el hospital Vall d'Hebron.
El piloto ilerdense compareció acompañado por parte del equipo médico del centro para agradecer la labor de los médicos --"si estoy aquí es gracias a ellos"-- y también las muestras de apoyo que ha recibido desde que sufrió la fractura-estallido de las vértebras T7 y T8 a consecuencia de la caída que se produjo mientras disputaba la Baja Almanzora, en Almería, y por la que podría haberse quedado parapléjico de por vida.
Esteve se mostró entero e ilusionado, con ganas de "luchar para llegar lo más arriba posible" pese a su lesión, como había hecho durante su vida para cumplir el sueño de alcanzar la elite de los raids y ser piloto oficial de un gran equipo, y también de transmitir un mensaje de esperanza para sí mismo y para todas las personas que padecen lesiones medulares, a las que quiso animar, tan sólo dos meses y después de haberse lesionado.
"He tenido suerte. Tengo bien la cabeza y también los brazos y puedo hacer 1.000 cosas, no las mismas que antes pero sí otras. Puedo hacer de todo y éste es el mensaje que quiero mandar a mucha gente. El mundo no se ha acabado. Es una vida diferente y a partir de ahora cuando vayáis por la calle sólo tendréis que mirar un poco más abajo para verme a mí y a los que tenemos este tipo de lesiones", explicó, declarándose "feliz".
"Seguro que no podrá correr otra vez en una moto, pero puedo correr un maratón en una silla de ruedas. No hay que pensar 'pobre Isidre'. Empieza algo nuevo y tengo muchísima ilusión en ello", expuso después. Además, dejó claro que no pierde la esperanza de poder recuperarse algún día de su lesión. "No sabemos si tardará en llegar 10, 15 ó 20 años, pero hay una esperanza y la gente lo debe saber", subrayó.
ESPERANZA EN LOS AVANCES DE LA INVESTIGACION.
Su primer proyecto será la promoción de la actividad de la fundación 'Wings por Life', creada por el ex piloto Heinz Kinigadner y Dietrich Mateschitz, fundador de Red Bull, hace dos años a raíz del accidente por el que el hijo de Kinigadner quedó parapléjico en julio de 2003. Esta entidad sin ánimo de lucro financia diversas actividades de investigación y destina todos sus ingresos a la búsqueda de un tratamiento efectivo para las lesiones medulares.
Esteve asistirá al próximo Gran Premio de Valencia del Mundial de Motociclismo, a principios del próximo mes de noviembre en el circuito de Cheste, junto a responsables de la organización, médicos y científicos, para dar a conocer los proyectos de la fundación. En principio, permanecerá ingresado en el hospital hasta finales de julio o principios de agosto, cuando le extraerán el estimulador, pero la semana pasada ya pudo salir a la calle.
Posteriormente, continuará su rehabilitación en el centro Guttman de Barcelona. Esteve se mostró optimista, recordando que en este tiempo desde su lesión su "sueño" era estar en una silla de ruedas y bien de salud, como ahora, y que se toma la vida "como un regalo", y remarcó la importancia de mantener un interés por la actividad física incluso cuando haya finalizado la rehabilitación.
"Toda la gente que se encuentra en esta situación debe saber que todo no acaba cuando termina la rehabilitación, sino que uno debe seguir entrenando su cuerpo y mantenerse en forma, porque quizá dentro de 15 años nos podremos recuperar. Para el día que haya una solución, debemos procurar que nuestro cuerpo esté en las mejores condiciones, a nivel de huesos, articulaciones, etcétera, para poder aceptar una recuperación", señaló.
"Para volver a caminar hay que esperar el avance de la ciencia", dijo en otro momento, cuando reconoció que estos dos meses y medio desde su lesión "no han sido fáciles", pero que supo que tenía una lesión grave desde el momento de la caída, de la que quiso aclarar que "por encima de todo, fue un accidente", ya que llevaba todas las protecciones habituales. "En la vida pasan cosas y a mí me pasó", comentó al respecto.
También recordó del día del accidente, en que perdió el control de su moto en una curva y cayó de espaldas contra las piedras del cauce seco de un río, que ya avisó de la gravedad de su lesión al piloto Marc Coma, que acudió a prestarle ayuda. "Cuando vino mi rival y amigo, lo primero que le dije fue que me había hecho daño de verdad, que avisase a todo el mundo porque lo que me pasaba no me había pasado antes", recordó.
Hasta ahora, Esteve ha sido sometido a dos intervenciones, una primera el 30 de marzo en que los médicos le estabilizaron la columna, en la que sufrió la fractura-estallido de las vértebras T7 y T8 a consecuencia de la caída, y una segunda el 11 de abril, en que le implantaron un 'chip' con seis electrodos para tratar de regenerar la médula, una técnica procedente de Estados Unidos, pionera en Europa, que se encuentra en una fase experimental.