Gestas del deporte: El primer campeón paralímpico en unos Juegos Olímpicos

Publicado: lunes, 20 abril 2020 17:01

   MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -

   En el año 2008, en los Juegos de Pekín, muchas miradas se centraron en la figura de Natalie Du Toit. La nadadora sudafricana, amputada de una pierna, se clasificó para los 10 kilómetros de aguas abiertas y semanas después compitió en las pruebas de piscina de la cita paralímpica. Su compatriota Oscar Pistorius, doble amputado, la emuló cuatro años después y participó en los dos Juegos que acogió Londres.

   Pero antes de ambos, hubo un deportista con una discapacidad similar que hizo, quizá, una gesta de aún más renombre. George Eyser está registrado como el primero que fue capaz de competir con una pierna amputada en unos Juegos Olímpicos y además coronarse campeón y ganar varias medallas. Este enorme mérito convierte a este gimnasta en probablemente una de las primeras grandes figuras de los Juegos Olímpicos pese a carecer de pierna izquierda.

   Hay que recordar que los primeros Juegos Paralímpicos con carácter oficial se celebraron en Roma en 1960, aunque antes, gracias al trabajo del doctor Sir Ludwig Guttman, jefe de la Unidad Espinal del Hospital de Stoke Mandeville, las personas con alguna discapacidad encontraron la forma de rehabilitarse y competir a través del deporte.

   Eyser no conoció nada de eso. Nacido en Alemania (Kiel) el 31 de agosto de 1870, estuvo en contacto desde su juventud con el mundo de la gimnasia, una pasión que mantuvo cuando tuvo que emigrar a los Estados Unidos junto a su familia cuando era todavía un adolescente, estableciéndose en Saint Louis junto a otros muchos compatriotas.

   Allí, Eyser entró a formar parte del Concordia Turnverein, un club de gimnasia situado en los suburbios de la ciudad, y en el que probablemente también se evadía de su vida como contable. El germano-estadounidense no había abandonado la práctica deportiva pese a haber perdido su pierna izquierda por encima de la rodilla tras un desgraciado accidente en el que un tren le arrolló. Lejos de rendirse, Eyser optó por una 'moderna' prótesis de madera para mantener la movilidad.

   Sus buenas aptitudes gimnásticas pese a esta discapacidad física le ayudaron a formar parte del equipo estadounidense que compitió en los III Juegos Olímpicos que precisamente organizaron su ciudad de acogida en el país. Como curiosidad, el programa de gimnasia se desarrollaba en dos meses diferentes y partido en dos, uno en julio con el concurso general, un evento por equipos y un triatlón, y otro en octubre que constaba de siete aparatos y un evento combinado.

   Y fue en el otoño cuando Eyser, ya con 34 años, brilló por encima de todos porque en el verano no le fue nada bien y además lo hizo todo en un apenas 24 horas porque todas las competiciones fueron el mismo día, el 29 de octubre. El gimnasta se colgó un total de seis medallas, la mitad de ellas de oro.

   Ganó en una disciplina muy militar como la de trepar la cuerda, en salto de potro, pese a no contar con el apoyo de una de sus piernas, y en barras paralelas, mientras que fue plata en la prueba combinada y en caballo con arcos, y bronce en barra. Sin embargo, tras esa gran actuación, poco más se supo de George Eyser, aunque parece ser que estuvo compitiendo hasta 1909. Él fue pionero para muchos atletas con discapacidad y el propio Comité Olímpico Internacional le reconoce como "uno de los atletas más notables" de aquella cita en la que sólo otro gimnasta, Anton Heida, ganó tantas medallas, aunque con dos oros más.