DESCONECTA, 26 Mar.
¿Quién dijo que el tamaño importa? Parece que a este pequeño perro no le preocupan para nada sus dimensiones ni las de su compañero a la hora de demostrar quién manda.
Con toda la fuerza que puede acumular, nuestro pequeño protagonista defiende un cuenco de comida con ladridos y dientes para evitar que su contrincante, considerablemente más grande, le quite su propiedad.
Basta tan sólo con que se acerquen a su pienso para que el pequeño animal estalle en sonoros ladridos, marcando su territorio y dejando muy claro quién es el dueño en la habitación.
Le da exactamente igual que su compañero más grande le dé pequeños golpes con las patas: el cachorro sigue defendiendo lo que considera suyo.
Queda claro que la ley del más fuerte (o del más grande) no tiene cabida cuando hay comida de por medio.

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