Actualizado 12/08/2019 15:21

El día a día de Olivia, una niña de tres años con autismo

Madrid, 22 de jul. (EDIZIONES)

Olivia tiene tres años y medio, vive en Guipúzcoa y tiene un diagnóstico de autismo de nivel tres, una alteración neurobiológica del desarollo que provoca que la pequeña tenga una alta dependencia debido a su dificultad a la hora de comunicarse con el resto de personas. Su madre, Regina Cortés, también padece esta concidición y forma parte del Comité para la Promoción y Apoyo de la Mujer Autista (CEPAMA) dedicado a visibilizar la situación de las mujeres con autismo en España. Regina ha relatado en Twitter cómo las dificultades de la niña para comunicarse afectan a su día a día desde que acude al colegio hasta en el tiempo libre que ambas comparten.

LA COMUNICACIÓN CON OLIVIA

Olivia experimenta dificultades a la hora de comunicarse con el resto de personas, "habla un idioma que solo ella entiende", puede estar horas repitiendo la misma frase y si su madre le pregunta a qué se refiere continúa diciendo lo mismo. Regina no castiga a Olivia por hacer algo mal como "trepar a los muebles o subirse a las ventanas" debido a que esta no razona que sus actos no están bien.

Olivia experimenta alexitimia, que dificulta su capacidad para entender las emociones de los demás, por lo que cuando araña o tira de pelo "da igual que le digas que te está haciendo daño, no conecta contigo".

EN EL COLEGIO CON SUS COMPAÑEROS DE CLASE

Durante las jornadas escolares la pequeña cuenta con un "auxiliar" que le proporciona atención especializada, además de sus dos profesoras a las que "les faltan manos" para poder controlar a la pequeña, quien, en vez de dormir la siesta como el resto de sus compañeros, permanece despierta "sentada y atada a su silla".

Olivia tiene un horario de colegio de nueve a cinco de la tarde que no siempre cumple ya que en ocasiones su madre tiene que ir a recogerla a media mañana porque "se encuentre desatada o inquieta" debido a la hiperactividad. Su relación con otros niños es distinta, "no juega con ellos", y cuando va al parque con su madre se sienta en el suelo y no se mueve: "no le gustan los columpios, no juega con juguetes ni pide jugar".

Entre semana la pequeña acude a terapia con una psicóloga de la asociación guipuzcoana de autismo 'Gautena'. En las sesiones, en las que Regina está presente, Olivia mejora su comunicación, sociabilidad e independencia a través de juegos como los puzles, el canto o el baile, de tal manera que pueda "trabajar sus áreas menos desarrolladas". 

LA ORGANIZACIÓN EN CASA

Regina combina su trabajo con los cuidados de Olivia, de quien explica que, tras nacer con una malformación en los pies llamada 'zambos', al principio la vida de ambas se basaba en ir "de consulta en consulta". La madre se encarga de llevar a Olivia a sus sesiones de terapia en la asociación, a las consultas médicas y al colegio. La condición de la pequeña afecta a la organización económica de la familia, "se vivie con menos, pero con más atención" en función de las necesidades de Olivia, explica Regina. 

EL TIEMPO LIBRE ENTRE MADRE E HIJA

La madre de Olivia comparte gran parte de su tiempo con ella cuando no está en el colegio. Durante los paseos de ambas la pequeña siempre va sujeta a su silla ya que no razona "los peligros" como "los coches, los extraños, las alturas o los desniveles", lo que provoca que tenga tentación de escaparse de su lado "para vivirlos".

El tiempo que la madre tiene para sí misma es "en realidad tiempo para las dos", ya que "si estás en el ordenador lo apaga, aporrea el teclado o desenchufa los cables" mientras dice "mira, mamá, ¿qué es eso?" pero no responde a la interacción. Regina no puede realizar determinadas taréas en presencia de Olivia como pasar el aspirador, ya que "le tiene terror", o fregar el suelo, porque puede comenzar a beber "del cubo de la fregona".

La solución que Regina ha encontrado para que Olivia esté tranquila durante unos momentos es dejar que esta pase tiempo pausando durante minutos la aplicación 'Netflix'. Esta "afición" ayuda a que no se dedique a otras actividades como trepar los muebles, subir a las ventanas o gritar.

LA RELACIÓN DE OLIVIA CON SU CUERPO 

Olivia siente disociación con su cuerpo "de cintura para abajo" y, por ejemplo, no avisa a sus padres si "hace cacas durante la noche" ni se deja "tocar para limpiar". Este tipo de situaciones también ocurren cuando le cortan las uñas de los pies, la peinan o durante las duchas en las que su "terror al agua" produce que Olivia se resista y comience a "gritar y a pedir ayuda" cada vez que al agua toca su piel.

SEPTIEMBRE: LA VUELTA AL COLEGIO 

El día a día de Olivia está marcado por este tipo de situaciones que llevan a Regina a la "extenuación" hasta el punto de no poder levantarse por las mañanas y a querer que llegue septiembre para poder descansar sin estar "agotada". En el nuevo curso escolar, Olivia acudirá a un colegio ordinario y contará con un auxiliar. Regina explica que ya ha avisado a la profesora de la pequeña para que cuente con ella "siempre que sea necesario", como, por ejemplo, en las sesiones de piscina. 

En su relato, Regina anima a todos los padres a querer a sus "peques" y explica que "no cambiaría a Olivia por nada del mundo" porque "quiero que sea feliz, haciéndole la vida más fácil" y reivindica que el autismo es una condición, no una enfermedad o desorden, por lo que ni Olivia, ni ella, necesita cambiar ni que la cambien.

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