El Banco de España advierte de que es urgente corregir los desequilibrios para asegurar el crecimiento

Actualizado: jueves, 15 junio 2006 15:09


MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Banco de España volvió a reiterar hoy la necesidad de corregir de forma inmediata los desequilibrios que se han ido generando en la economía española durante los últimos años para garantizar de esta forma un crecimiento sostenido y duradero en el largo plazo.

En el informe anual de 2005, la autoridad monetaria identifica las presiones inflacionistas, la pérdida de competitividad, el déficit exterior y el creciente endeudamiento del sector privado como los principales riesgos que acechan a la evolución de la economía española.

"Si estos desequilibrios continuaran intensificándose sería difícil prolongar a medio plazo el dinamismo que ha vivido la economía española desde la década de los noventa, por lo que reviste gran trascendencia su alcance e identificar sus posibles implicaciones", subraya.

Tras destacar que en 2005 la economía española prolongó su fase de crecimiento, el Banco de España prevé que este año continúe la fase expansiva, con "una ligera tendencia a la desaceleración", asentada en un menor dinamismo de la demanda interna y en una "cierta corrección" de la contribución negativa del sector exterior, a lo que contribuirá la recuperación de la zona euro y las nuevas condiciones monetarias.

En este sentido, el instituto emisor estima que el crecimiento de la economía en 2006 será "algo menor" que en 2005, cuando creció un 3,4%, reflejando un "cierto debilitamiento" de los impulsos expansivos por el lado de la demanda, en respuesta a la desaceleración del precio de la vivienda y al tono "algo menos holgado" de las condiciones monetarias.

MÁS SUBIDAS DE PRECIOS Y DÉFICIT EXTERIOR

No obstante, indica que existe la incertidumbre sobre la intensidad de la desaceleración de la demanda interna, por lo que no descarta que puedan seguir produciéndose nuevas presiones alcistas sobre los precios, como las registradas en los primeros meses del año, o que continúe ampliándose el desequilibrio exterior, que en 2005 alcanzó un récord histórico.

Por todo ello, insiste reiteradamente en la necesidad de corregir los actuales desequilibrios de la economía. En concreto, afirma que las presiones inflacionistas y el deterioro de la competitividad suponen un riesgo para el crecimiento a medio plazo, y atribuye este comportamiento a la intensa presión de la demanda y a una insuficiente capacidad de respuesta de la oferta.

"La elevada tasa de inflación española anida, sobre todo, en sectores protegidos a la competencia exterior o insuficientemente liberalizados, como la distribución comercial y otros servicios. La rigidez en estos sectores, junto con los mecanismos de indexación existentes, ha facilitado una propagación más intensa de los impulsos de la demanda sobre la tasa de crecimiento de los precios", subraya.

Además de la inflación y la pérdida de competitividad, el Banco de España identifica también el creciente endeudamiento de familias y empresas como otro de los condicionantes del crecimiento económico. La financiación recibida por ambos sectores superó el 20% en 2005, en el caso de las empresas por la mayor inversión en bienes de equipo, mientras que las familias dedicaron sus inversiones al mercado de la vivienda.

ABSORCIÓN "ORDENADA" DEL PRECIO DE LA VIVIENDA

En este sentido, el precio de la vivienda el pasado año creció un 12,8%, aumento que, no obstante, supone una reducción de unos cuatro puntos respecto a un año antes. El Banco de España señala que esta desaceleración, que se ha mantenido durante el primer trimestre del año, supone una "ruptura" con respecto a la dinámica creciente de ejercicios anteriores e incrementa las posibilidades de que la sobrevaloración del sector sea reabsorbida de una "manera ordenada" en los próximos años.

No obstante, advierte de que para que este escenario, "que continúa siendo el más verosímil", se materialice de manera efectiva será preciso que tengan lugar "avances adicionales" en la paulatina reducción de una tasa de inflación inmobiliaria que, en estos momentos, se mantiene aún en costas demasiado elevadas.

"En definitiva, los cambios experimentados en la situación financiera de los hogares y las sociedades en 2005 supone algunos elementos adicionales de incertidumbre en relación con la evolución a medio plazo tanto del gasto en consumo e inversión residencial como, en menor medida, de la inversión y contratación llevadas a cabo por las empresas", añade.

El organismo presidido por Jaime Caruana subraya también la ampliación del déficit exterior como otro riesgo de la economía. De hecho, en los dos últimos años, el déficit comercial se ha incrementado en 2,4 puntos, el déficit por cuenta corriente en 3,3 puntos y las necesidades de financiación de la economía en 3,5 puntos del PIB, alcanzando ya el 6,5% de la riqueza nacional.

El Banco de España explica que una parte de este deterioro se debe al encarecimiento del petróleo, por lo que recomienda disminuir la dependencia energética, pero indica que también se explica por la mayor inversión de bienes de equipo y por la pérdida de competitividad de la economía.

"Este patrón de crecimiento no puede sostenerse de modo indefinido, particularmente mientras que no se consiga un comportamiento más dinámico de la productividad. De prolongarse estas pautas, el sector privado debería dedicar un porcentaje cada vez más elevado de su renta al servicio de la deuda, lo que aumentaría su vulnerabilidad ante subidas de tipos o pérdidas de empleo", reitera.

Para hacer frente a todos estos desequilibrios, la autoridad monetaria recomienda una política presupuestaria que contribuya a amortiguar la presión de la demanda del sector privado, y recomienda al Gobierno que los excesos de recaudación en 2006 sobre las previsiones presupuestarias se destinen a mejorar el saldo de las administraciones públicas inicialmente previsto.

REFORMA FISCAL, MERMA RECAUDATORIA MODERADA

En este sentido, indica que la reforma fiscal aprobada por el Ejecutivo supone un "cierto avance" en la asignación de recursos y de cara al crecimiento potencial de la economía, y añade que espera que tenga un impacto recaudatorio "moderado", lo que acota los posibles riesgos de la estabilidad presupuestaria.

En materia de reformas, hace hincapié en la necesidad de acometer cambios en el sistema de pensiones públicas para que el Estado esté en condiciones de afrontar el proceso de envejecimiento, y alerta de que cuanto más se retrase la adopción de estas reformas, "mayor será el ajuste fiscal requerido", a pesar incluso del Fondo de Reserva de la Seguridad Social.

Finalmente, vuelve a reiterar la idea de modificar el sistema de negociación colectiva para adaptarlo a las situaciones específicas de sectores o empresas y dejar de vincular salarios a inflación, al tiempo que apuesta por la liberalización del mercado energético, de transportes y de alquiler, así como por una mejor ordenación del mercado del suelo, que promueva un uso más eficiente de la vivienda.