Admite no obstante que los riesgos a la baja se han incrementado "sustancialmente"
BRUSELAS, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea reiteró hoy que el impacto sobre el crecimiento económico de la eurozona de las turbulencias financieras provocadas por la crisis hipotecaria en Estados Unidos será "moderado" tanto este año como en 2008 aunque admitió que los riesgos "a la baja" para este pronóstico se han incrementado "sustancialmente".
En su informe trimestral sobre la zona euro hecho público este jueves, el Ejecutivo comunitario se reafirmó en sus últimas previsiones de crecimiento que publicó en septiembre, según las cuales el producto interior bruto (PIB) de los 13 países que comparten la moneda única crecerá un 2,5% en 2007, sólo una décima menos de lo que había pronosticado esta primavera antes del inicio de la tormenta financiera. La inflación se ha revisado ligeramente al alza del 1,9% al 2%, sobre todo por las subidas de precios de las materias primas.
El director general de Asuntos Económicos, Klaus Regling, insistió en la presentación del informe que los "fundamentos de la zona euro siguen siendo fuertes" y que la confianza de las empresas y de los consumidores, aunque se ha debilitado como consecuencia de las turbulencias, "se mantiene alta". Por ello se prevé que el crecimiento siga "fuerte" durante la segunda mitad del año pese a la ralentización experimentada durante el segundo semestre, en el que el PIB sólo creció un 0,3%, la mitad de lo previsto.
Este menor crecimiento del segundo trimestre refleja en parte los efectos de las condiciones meteorológicas pero "también señala que el ciclo en la eurozona puede estar alcanzando su madurez". El crecimiento del segundo trimestre se debió sobre todo al consumo privado, mientras que la inversión registró un parón por primera vez en cinco años, debido sobre todo a la contracción en el sector de la construcción. La contribución de las exportaciones netas al crecimiento fue positiva gracias a que se mantiene con fuerza el comercio internacional.
Bruselas reconoce que los riesgos a la baja "se han incrementado claramente como consecuencia de la tormenta financiera y la posibilidad de una ralentización más brusca en Estados Unidos". "Estamos viendo una reevaluación de los riesgos general y desordenada después de un prolongado periodo de condiciones de financiación excepcionalmente benignas", subrayó Regling. Ello ha provocado que "la confianza de los inversores se haya visto socavada por la aparición de exposiciones (al riesgo) en lugares inesperados" y ha obligado a intervenir a los bancos centrales.
"La evolución y la duración de la crisis actual es difícil de predecir, y dependerá de la escala y la distribución de posibles pérdidas a medida que vayan emergiendo, así como de su impacto en la confianza", insistió el responsable de Asuntos Económicos. En todo caso, la Comisión da por hecho que "las condiciones crediticias se endurecerán como consecuencia de la reevaluación de riesgos, y ello tendrá un impacto sobre los principales actores económicos".
Los riesgos dependerán también, prosigue el estudio, del alcance que tenga la ralentización de la economía de EEUU y de sus "posibles efectos de contagio" a la eurozona a través de los canales del comercio y de la confianza.
Pese a todo, el Ejecutivo comunitario mantiene su confianza en la "solidez" de la economía de la zona euro. En particular, Regling subrayó que los enormes beneficios de los últimos años "han proporcionado a los bancos de la eurozona un importante amortiguador financiero". Además, la moderación salarial ha permitido incrementar también las ganancias de las empresas no financieras, y la mejora en el mercado laboral permite que se mantenga el consumo privado.
"En conjunto, el endurecimiento de las condiciones de crédito puede ralentizar algo el crecimiento económico el próximo año, pero se espera que el impacto sea moderado", recalcó el director general de Asuntos Económicos como conclusión de su análisis.
MAYOR RESISTENCIA
El informe trimestral sobre la eurozona dedica un apartado especial a analizar cómo la economía de los 13 países que comparten la moneda única se ha hecho más resistente a las crisis. Durante la última recesión a principios de esta década, el PIB de la eurozona cayó menos y el consumo privado se mantuvo más fuerte que en las crisis de los 80 o de los 90.
De acuerdo con el análisis de la Comisión, esta mayor resistencia se debe a varios factores, entre los que destaca la eliminación del riesgo de tipos de cambio para alrededor de la mitad de las exportaciones de los miembros de la eurozona, que en realidad son ventas que se realizan entre los países que comparten la moneda única.
Otros factores son la estabilidad que proporciona el marco macroeconómico creado por la unión económica y monetaria, una política monetaria favorable, y las mejoras en la gestión de las políticas fiscales, que son menos procíclicas en los malos tiempos que en crisis anteriores.
El estudio señala que la distribución del riesgo a través de los mercados financieros ha aumentado en la zona euro en los últimos 10 años, algo considerado beneficioso para la economía. No obstante, se señala que el progreso ha sido lento y desigual entre los Estados miembros como resultado de las diferencias en la integración de los diferentes segmentos de los mercados financieros, ya que los mercados de capitales han quedado retrasados respecto a los de bonos y deuda.
Por ello la Comisión pide la aceleración de la integración financiera en la eurozona, al considerar que "mejorará el funcionamiento del sector financiero y el de la economía en su conjunto".
