El expresidente de Caja España afirma que puso "paz" ante un consejo de "discrepancias" y "poco serio"

El expresidente de Caja España Victorino González
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 4 julio 2018 19:48


Asegura que parecía que la Caja estaba más en la prensa "rosa" que en la "salmón" por las indiscreciones y que la politización era "normal"

VALLADOLID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -

El expresidente de Caja España Victorino González Ochoa ha asegurado que estuvo al frente de la entidad como persona de "consenso" ante las "discrepancias" que se producían en un consejo de administración "poco serio" en el que puso "paz".

Así lo ha afirmado en el marco de la Comisión de Investigación sobre las Cajas de Ahorro en las Cortes de Castilla y León, donde se ha sometido a las preguntas de los grupos parlamentarios en torno a su etapa como presidente de la Caja entre 2004 y 2006, época en la que ha asegurado en la que "nunca se habló de fusión" y ni se lo "planteaban".

González ha explicado que fue elegido como consecuencia de las "anomalías" y "discrepancias" que existían en el Consejo de Administración y ha asegurado que desde que entró como presidente en todas las reuniones de este órgano, unas 60, todos los acuerdos se tomaron por "unanimidad" y se logró "paz y tranquilidad".

Victorino González, quien ha lamentado la desaparición de "la Caja" que atendía a "todo el mundo", ha explicado que 2003, justo el año anterior a su elección como presidente fue "difícil, raro" porque había "enfrentamientos y discrepancias", razón por la que le eligieron, ya que representaba a las cámaras de Comercio e Industria de Castilla y León como presidente de la de Astorga y no tenía adscripción política alguna.

FALTA DE DISCRECIÓN

En concreto, ha señalado que estas "anomalías" o "discrepancias" se debían en gran medida a que no había "discreción" sobre lo que se hablaba en el Consejo e incluso se comentaba que "parecía que la Caja estaba más en la prensa rosa que salmón", aunque ha aclarado que las cuestiones que se daban a conocer eran "superficiales", no de "fondo", y quizá aplicación del dinero de la Obra Social.

González ha agregado que aunque no eran temas de mucha importancia, indicaba que igual que se contaba eso podía ocurrir con otros de más calado y desde el mismo Consejo se podía llamar a "algún alcalde" o a quien pudiera interesar. "Era poco serio" y "eso se cortó", ha afirmado el expresidente de la Caja, quien ha asegurado que eso lo dijo "claramente".

Durante sus dos años como presidente ha afirmado que la "paz" y las "ganas de trabajar" llegaron a base de trabajo, negociar y estudiar "previamente" las operaciones y los temas que se iban a abordar en el Consejo, la buena colaboración de los dos vicepresidentes, al presencia de un director general adjunto "de la propia casa" que conocía "muy bien" la entidad, que cuando entró se encontraba en el puesto 40 del ranking español y cuando salió en el décimo.

"Sería mejorable, con toda seguridad"", ha asegurado González, quien ha destacado la curva ascendientes con una pendiente "muy grande" que registraron los resultados de la caja en esa época, cuando ha negado advertencia alguna del Banco de España porque si algún informe hubiera señalado algo a corregir se habría hecho y se hubieran tomado medidas a través de los técnicos de la entidad.

A lo largo de este tiempo ha afirmado que no hubo presiones sociales para dirigir los proyectos "a un lado o a otro" y todos los que pasaban por el Consejo tenían informes técnicos internos o externos y garantizado que todos los préstamos o créditos que se concedieron a sus empresas se han cumplido "en toda regla".

En esta línea, ha señalado que se exigía que se trasladaran informes concretos y estudiados para tomar decisiones fáciles y sobre todo "con soporte técnico", para lo que se trasladaban los datos antes al Consejo, lo que considera que facilitaba que se aprobaran las cosas por unanimidad y eso generaba confianza en los empleados, la opinión pública, dejaron de salir informaciones que no "incentivaban" a los trabajadores y eso supuso esos resultados.

LA POLITIZACIÓN, ALGO "NORMAL"

González ha insistido en que su elección se debió a que no pertenecía a grupo político alguno y ha afirmado que la politización "era lo normal", que hubiera grupos de un signo y otro que pretendían cada uno "llevarse el poder que pudieran", pero algo que veía "lícito y normal", dada la conformación de sus órganos de gobierno.

A este respecto, ha aclarado que "evidentemente" una entidad bancaria que tuviera un Consejo formado por gente muy formada desde el punto de vista económico y con muchos conocimientos es "más fácil" que acierte en sus decisiones sobre rentabilidad o inversiones y, a pesar de que las cajas contaban con su constitución propia por ley, intentó imprimir el "carácter empresarial" que tenía porque si no había rentabilidad "holgaba lo demás".

Así, aunque ha asegurado que unos tenían más preparación que otros para la toma de decisiones, todos tenían "buena voluntad" y predisposición a colaborar, "nadie intentaba opinar de aquello que no conociera".

Sin embargo, ha explicado que no se volvió a presentar a la Presidencia a pesar de los buenos resultados, con los que está satisfecho, porque lo que pidió como condición era que hubiera consenso y como hubo un candidato más no se presentó porque nadie se dirigió a él y había que "leer entre líneas" y no quería una "confrontación electoral" en la caja "habiendo vivido lo anterior".

En este caso quien sucedió a González fue Santos Llamas, sobre cuya gestión no ha querido opinar por no tener datos y ha asegurado que "lamentablemente" no puede contestar a los motivos que le llevaron a presentarle tras su Presidencia.

En cuanto a la desaparición de las cajas, lo ha atribuido a una serie de factores como el interés de los bancos o si se hubiera previsto que la "burbuja inmobiliaria" iba a pinchar, pero también ha afirmado que nadie pensaba que eso pudiera pasar. "Estábamos obnubilados con el crecimiento, todos, no sólo Caja España, todos", ha señalado en cuanto a las estrategias de crecimiento de aquel momento y el gran peso del sector inmobiliario en sus cuentas.

Por ello, ha lamentado la desaparición de las cajas, sobre todo por la gran labor en la obra social que se veía por todos los sitios y cree que esto ha generado la desconfianza de mucha gente en las entidades bancarias, que entendía que antes tenían "su" caja. "Se consideraba algo nuestro, ahora no lo tenemos", ha añadido.