MADRID, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Ibex 35 acumula una subida del 4,4% en las últimas cuatro jornadas y ya apunta a los 10.300 enteros, a la espera de la reunión que celebrará el Banco Central Europeo (BCE) este jueves y en la que se espera que se ponga en marcha el programa QE de compra de deuda soberana.
Tras un comienzo de año aciago en el que la crisis de Grecia y la caída de los precios del petróleo marcaron el camino bursátil, el selectivo ha conseguido cambiar de dirección y ganar un leve avance, entrando en positivo (+0,03%).
En las últimas sesiones, los mercados han descontado los efectos positivos que podría tener una posible implementación del programa de compra de deuda soberana por parte del organismo que dirige Mario Draghi, una medida que beneficiará a los bancos.
Así, las principales entidades cotizadas han concluido la jornada de hoy con subidas significativas. Popular se ha convertido en el líder de la sesión con un repunte del 3,5%, seguido de Caixabank (+2,8%), BBVA (+2,1%), Sabadell (+1,7%), Bankia (+1,3%), Bankinter (+1%) y Santander (+0,6%). También han destacado en la jornada de hoy ArcelorMittal, con un avance del 3,5%, IAG (+3,4%) y Gamesa (+3%).
A la espera de los resultados de la reunión del BCE, los principales bolsas europeas cierran con ganancias con la esperanza de que Draghi no decepcione y anuncie un QE que cumpla con las expectativas sin molestar a los críticos con este tipo de medidas.
Según BofA Merrill Lynch, el BCE tiene previsto anunciar la compra de deuda soberana por un importe que oscilará entre 500.000 y 700.000 millones de euros a lo largo de 18 meses, a un ritmo mensual o trimestral.
La entidad señala que, una vez que la Justicia europea dictaminase que el plan de compras ilimitadas que el BCE puso en marcha en verano de 2012 es compatible con los tratados de la UE, las conversaciones internas se centran más en cuestiones técnicas y no sobre la base legal del programa.
El subdirector de inversiones de Gesconsult, David Ardura, considera que el anuncio del QE se da por descontado, por lo que "cualquier sorpresa negativa en este sentido supondría un seguro aumento de la volatilidad" en los mercados. "Las dudas en realidad van a venir por el lado de los detalles: de qué países va a comprar deuda, cómo se van a estructurar esas compras", añade.
