BILBAO 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
El comisario europeo para Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, aseguró hoy en Bilbao que resulta "urgente" desmentir las "supuestas perversiones" atribuidas a la Directiva Bolkestein, aclarar que "no supondrá el desmantelamiento de los servicios públicos" e insistir en "sus beneficios" en términos de empleo y calidad. Además, lamentó que los responsables políticos de los diferentes países de la Unión Europea no hayan explicado "con mayor objetividad" su compromiso.
Almunia, que participó en Bilbao en el seminario "Diálogo y Sociedad. Tendencias de Futuro en la Unión Europea", organizado por la Fundación sabino Arana, MCC y la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), aludió a la aprobación la pasada semana por parte del Parlamento Europeo, de la denominada Directiva Bolkestein --para la liberalización total se los servicios en el mercado interior de la UE-- y afirmó que en este proceso "se ha vuelto a poner de relieve la dificultad de adoptar medidas cuando la falta de diálogo deja que se extiendan percepciones falsas".
"En este caso -explicó- se ha echado de manos un mayor compromiso de los responsables políticos para explicar en sus respectivos países con mayor objetividad el contenido y el impacto de la diabolizada Directiva Bolkestein". A su juicio, la "profundización" de un mercado europeo de servicios es "portadora de numerosas ventajas para los ciudadanos" ya que "disfrutarán, gracias a la competencia, de una oferta de mejor calidad a precios más competitivos".
Reconoció que el compromiso cerrado en la eurocámara conlleva "una reducción del campo de aplicación de la directiva" que consideró "preferible" ante la posible falta de acuerdo.
Almunia aseguró que para que, finalmente, la directiva reciba la "aprobación final" entre el Parlamento y el Consejo, "y ante las reticencias demostradas por las organizaciones sindicales" resulta urgente "desmontar las supuestas perversiones que se le atribuyen, dejar claro que no va a suponer, en ningún caso, el desmantelamiento de los servicios públicos e insistir en los beneficios potenciales, en términos de empleo y calidad".
DESAFIOS
El comisario para Asuntos Económicos y Monetarios realizó un recorrido por los desafíos de la Europa ampliada, entre los que citó "el proceso de ratificación de la Constitución Europea". "O -agregó- para ser más exactos, la definición de unos objetivos para Europa y de unas reglas de funcionamiento de sus instituciones que encuentren el apoyo unánime de los Estados miembros, no sólo de los Gobiernos, sino de sus ciudadanos".
Lamentó que la ratificación de la Constitución empezara "bien" y que se "torcieran las tornas" con los referéndums francés y holandés. Por otra parte, admitió que la Comisión considera "que todavía es pronto" para "abrir la discusión institucional y enzarzarse de nuevo en un ejercicio de ingeniería institucional que difícilmente suscita el interés de los ciudadanos". "Es tiempo -dijo- de emprender acciones y demostrar tangiblemente a los ciudadanos en qué les beneficia una Europa fuerte y eficaz".
Aludió al Consejo Europeo que se celebrará en junio y que evaluará el estado del proyecto de Tratado del que podría surgir, en su opinión, "una hoja de ruta" para la adopción de un nuevo Tratado o Constitución". "Dependerá en gran medida de la capacidad de la UE y de sus opiniones públicas de asimilar el proceso de ampliación y de dibujar una visión clara y serena de las fronteras de Europa", añadió.
En opinión de Almunia, las reticencias entre los distintos países en la aplicación de medidas como la libre circulación, impiden suscitar "un sentimiento europeísta". Por esta causa, aseguró que si la integración de los nuevo diez Estados miembros "no se produce de la manera todo armoniosa que era de desear" se debería plantear "la conveniencia de ampliar la UE a países como Bulgaria y Rumania, más tarde a Croacia , a más largo plazo, al resto de los países de los Balcanes Occidentales e incluso Turquía, con una estabilidad democrática por debajo de la media europea".
"La cuestión es -afirmó- que la alternativa, es decir, no integrarlos, supone un riesgo cierto para nuestra propia seguridad, como ya pudimos constatar en los años 90, con la antigua Yugoslavia".
Almunia aludió, en su conferencia, a otros "desafíos" a los que se debe enfrentar la Unión, entre ellos impulsar el crecimiento económico y crear empleo, "sin duda el reto más inmediato". Otros asuntos son, a su juicio, el de la inmigración y su gestión, el envejecimiento poblacional y la globalización, o el incremento de la capacidad de innovación.
INAUGURACION
El seminario "Diálogo social: tendencias de futuro en la UE" fue inaugurado por el presidente de la Fundación Sabino Arana, Juan María Atutxa, quien apostó porque el diálogo social "siga siendo en el futuro" uno de los "cimientos" del modelo social europeo.
A lo largo de la mañana intervinieron el presidente de la Confederación de Cooperativas de Euskadi, Javier Salaberria, el vicepresidente de la Confederación Empresarial español de la Economía Social, Pedro María de la Torre, el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga y la presidenta del Consejo Económico y Social europeo, Anne-Marie Sigmund.
la cita congregó a destacados dirigentes políticos-- entre ellos, el presidente del EBB, Josu Jon Imaz y la secretaria de la Ejecutiva nacionalista, Josune Ariztondo, o el portavoz parlamentario del PSE-EE, José Antonio Pastor-- y representantes institucionales vascos.