MADRID 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los salarios reales a nivel mundial acelerarán su subida este año hasta el 2,7% desde el 1,8% registrado en 2023, según las previsiones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en lo que supondría el mayor aumento de los sueldos, descontando el impacto de la inflación, desde el año 2007, cuando aumentaron un 3,1%.
Según el 'Informe Global sobre Salarios', presentado este jueves, las expectativas de subida de los salarios reales a nivel mundial suponen una notable recuperación si se comparan con la evolución negativa del -0,9% en 2022, cuando las elevadas tasas de inflación superaron el crecimiento de los salarios nominales.
No obstante, si se excluye a China del cálculo, el crecimiento de los salarios reales en el resto del mundo pasó del -1,5% en 2022 al 1,3% en 2023 y se espera que en 2024 acelere la subida al 2,3%, también la mayor desde 2007.
"El retorno al crecimiento de los salarios reales es un avance positivo", ha declarado el director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo.
Sin embargo, ha avisado de que no se debe olvidar que "millones de trabajadores y sus familias siguen sufriendo la crisis del coste de la vida que ha erosionado sus niveles de vida, y que las disparidades salariales entre y dentro de los países siguen siendo inaceptablemente elevadas".
En este sentido, el estudio constata que el crecimiento salarial ha sido desigual entre regiones, registrando las economías emergentes un crecimiento más fuerte que las economías avanzadas.
De tal modo, mientras que las economías avanzadas del G20 registraron un descenso de los salarios reales durante dos años consecutivos (-2,8% en 2022 y -0,5% en 2023), el crecimiento de los salarios reales se mantuvo positivo durante ambos años en las economías emergentes del G20 (1,8% en 2022 y 6,0% en 2023).
Para este año, se calcula que el crecimiento de los salarios reales en las economías avanzadas del G20 volverá a ser positivo, con un aumento del 0,9%, mientras que las economías emergentes del G20 registrarán una subida del 5,9%.
Los patrones regionales de crecimiento salarial variaron considerablemente, ya que los trabajadores asalariados de Asia y el Pacífico, Asia Central y Occidental y Europa del Este experimentaron aumentos salariales reales a un ritmo más rápido que los de otras partes del mundo.
DESIGUALDAD SALARIAL.
Según los datos del informe, la desigualdad salarial, que compara los sueldos de los asalariados altos y bajos, ha disminuido en cerca de dos tercios de todos los países desde el año 2000, aunque persisten diferencias salariales significativas en todo el mundo, a pesar de esta tendencia positiva.
Desde comienzos de la década del 2000, en promedio, la desigualdad salarial disminuyó en muchos países a una tasa promedio que osciló entre 0,5% y 1,7% anual, dependiendo de la medida utilizada, registrándose los descensos más significativos en los países de renta baja, donde la disminución media anual osciló entre el 3,2% y el 9,6% en las dos últimas décadas.
De su lado, la desigualdad salarial está disminuyendo a un ritmo más lento en los países más ricos, reduciéndose anualmente entre un 0,3% y un 1,3% en los países de renta media-alta, y entre un 0,3% y un 0,7% en los países de renta alta.
Además, aunque la desigualdad salarial se redujo en general, los descensos fueron más significativos entre los trabajadores asalariados del extremo superior de la escala salarial.
Por otro lado, la OIT señala que los altos niveles de desigualdad salarial siguen siendo un problema acuciante, ya que, a nivel mundial, el 10% de los trabajadores peor pagados ganan sólo el 0,5% de la masa salarial mundial, mientras que el 10% mejor pagado gana casi el 38% de esta masa salarial.
Según el estudio, la desigualdad salarial es mayor en los países de renta baja, donde cerca del 22% de los trabajadores asalariados están clasificados como mal pagados, mientras que las mujeres y los trabajadores asalariados de la economía informal tienen más probabilidades de estar entre los peor pagados.
"Las estrategias nacionales para reducir las desigualdades requieren el fortalecimiento de las políticas e instituciones salariales", ha defendido Giulia De Lazzari, economista de la OIT y una de las principales autoras del informe, para quien es igualmente importante diseñar políticas que promuevan la productividad, el trabajo decente y la formalización de la economía informal.
De este modo, la OIT recomienda fijar los salarios a través del diálogo social, adoptar un enfoque global, promover la igualdad y la igualdad de oportunidades de trato y de resultados, así como utilizar datos fiables y abordar las causas profundas de los bajos salarios.