TOKIO, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Política Monetaria del Banco de Japón (BoJ) ha decidido por mayoría de 8 votos a 1 mantener sin cambios su política monetaria, así como su programa de estímulos de cara a lograr su objetivo de elevar la inflación al 2% a pesar de haber recortado sus estimaciones de crecimiento e inflación para la economía nipona por el impacto del deterioro experimentado por los países emergentes.
De este modo, la institución continuará comprando bonos del Tesoro y otros valores con el objetivo de incrementar la base monetaria a un ritmo anual de unos 80 billones de yenes (593.402 millones de euros).
El instituto emisor japonés ha revisado a la baja sus previsiones macroeconómicas para reflejar el impacto negativo en las exportaciones niponas de las dificultades en las economías emergentes.
De este modo, el Banco de Japón prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) crezca este año a un ritmo del 1,2% este año, frente al 1,7% previsto anteriormente, mientras que en 2016 el crecimiento será del 1,4% en vez del 1,5% anticipado previamente, aunque en 2017 el avance será del 0,3%, una décima más de lo previsto.
En cuanto a los precios, la entidad espera ahora que el IPC, sin contar con los alimentos frescos, suba un 0,1% en 2015 en vez del 0,7% previsto anteriormente y que en 2016 el alza sea del 1,4%, frente al 1,9% previsto antes. Para 2017, la institución ha confirmado su expectativa de un repunte de los precios del 1,8%.
En este sentido, el Ministerio de Finanzas de Japón ha informado este viernes de que el IPC de referencia de Japón, que excluye la evolución de los precios de los alimentos frescos, pero no la de la energía, bajó en septiembre un 0,1% interanual, acumulando dos meses seguidos en negativo tras el descenso de una décima registrado en agosto.
El dato de precios general se mantuvo estable en septiembre, mientras que el IPC subyacente, que excluye el impacto de los precios de los alimentos frescos y de la energía, subió un 0,9% interanual.
