MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
El servicio de estudios del consejo de Cámaras de Comercio subrayó hoy, ante los últimos datos de la balanza de pagos, que el fuerte avance de las exportaciones españolas no ha conseguido corregir el desequilibrio comercial y que el diferencial de precios respecto a otros competidores y la productividad estancada están restando competitividad a los productos nacionales.
Así, señaló en un comunicado que la economía española aumentó su necesidad de financiación frente al exterior durante el primer trimestre de 2006 en un 36,1%, representando el 10,7% del PIB.
Para el Servicio de Estudios del Consejo de Cámaras, la prolongación del desequilibrio comercial, de rentas y transferencias se ha acompañado por una reducción del superávit de la balanza de servicios, por lo que "la economía aumentó entre enero y marzo su demanda de capitales externos para suplir la falta de ahorro generado en el interior".
De este modo, "se prolonga la excesiva dependencia de la economía española de la financiación a corto plazo, con los riesgos de volatilidad asociados". En cuanto a la participación de la economía española en proyectos de inversión en el exterior, tanto directa como en cartera, señala que "se vio impulsada durante el período, con salidas de capitales superiores al 175%".
Para el conjunto del año 2006, las previsiones de las Cámaras de Comercio sitúan la necesidad de financiación de la economía española en el entorno del 7,8% del PIB. La mejora de las perspectivas para el comercio mundial y la reactivación de la economía de la Unión Europea "auguran un sólido relanzamiento de las exportaciones españolas a lo largo del año 2006, con crecimientos estimados del 7,6% para el conjunto del ejercicio".
No obstante, el impulso de la demanda interna "propiciará --según dice-- el mantenimiento del pulso importador, con incrementos alrededor del 10,6%, prolongando el descubierto comercial". La proyección al exterior de la empresa española, especialmente de las pequeñas, continúa siendo una asignatura pendiente.
En su opinión, la incorporación de la esfera internacional en la estrategia y operativa habitual del empresariado, "es un reto a corto plazo de la economía española". Para ello cree que "debe prestarse particular atención a la formación, el desarrollo tecnológico y la creación de una imagen-país que transmita calidad, modernidad y prestigio".
