LONDRES, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
El euro mantenía hoy su fortaleza y superaba los 1,32 dólares, en un entorno de devaluación de la divisa estadounidense en los principales mercados internacionales, que le condujo al billete verde a cambiarse frente a la libra al precio más bajo en 14 años.
En concreto, el euro se cambiaba a media tarde por 1,3225 dólares, frente a los 1,3156 dólares de ayer, y consolidaba la tendencia al fortalecimiento de las últimas semanas, mientras que la libra alcanzaba los 1,9575 dólares, el valor más alto desde septiembre de 2002.
El debilitamiento del dólar coincidió con una jornada de presentación de datos macroeconómicos en ambos lados del Atlántico que confirmaron el deterioro de las condiciones en EEUU y la mejora del entorno en la UE.
En Estados Unidos, el consumo aumentó un 0,2% en octubre tras dos meses consecutivos de caídas, lo que supone un indicio positivo para la economía del país, pero el número de nuevos parados creció en la última semana en 357.000, pese a que los analistas esperaban un descenso.
Mientras, el indicador de sentimiento económico (ESI, en sus siglas en inglés) en la UE subió de nuevo en noviembre y alcanzó su nivel más alto desde principios de 2001. La confianza mejoró en los dos motores de la zona euro, esto es, Alemania y Francia.
Hoy también se supo que la inflación de la zona euro se situó en noviembre en el 1,8% en términos interanuales, dos décimas más que en el mes anterior, según el adelanto provisional difundido por la oficina de estadística comunitaria, Eurostat.
En Alemania, la tasa de paro registró un fuerte descenso en noviembre, hasta el 9,6%, y el número de desempleados se situó por debajo de los cuatro millones de personas por primera vez desde octubre de 2002.
VARIEDAD DE CAUSAS.
Los analistas citan varios factores para explicar la actual caída del dólar, El economista jefe de Schroders, Keith Wade, cita en un informe las expectativas de menor crecimiento en Estados Unidos y la previsión de que el Banco Central Europeo (BCE) aplicará más incrementos de tipos que la Reserva Federal (Fed).
Mientras, las autoridades estadounidenses sitúan en el 7% del PIB el déficit por cuenta corriente acumulado por el país, lo que, en palabras de Wade, supone un "continuo lastre para el dólar". "Es muy posible que la debilidad se prolongue un poco más", añadió.
El encarecimiento del euro podría obstaculizar las exportaciones europeas. Esta circunstancia podría tener efectivos significativos sobre el país más exportador del continente, Alemania, y sobre otros con fuerte déficit comercial, como España o Reino Unido.
Los analistas prevén que el gobernador del BCE, Jean Claude Trichet, eleve los tipos hasta el 3,5% en la reunión de la institución a comienzos de diciembre. Desde diciembre de 2005, el BCE ha subido en cinco ocasiones los tipos de interés, del 2% al 3,25% actual, mientras que en Estados Unidos el precio del dinero se ha mantenido en el 5,25% duante tres meses, después de 17 subidas consecutivas de cuarto de punto.
En Estados Unidos, los analistas prevén que la Reserva Federal podría reducirlos durante 2007 hasta el 4,5%. Si bien la inflación se ha contenido significativamente, hasta el 1,3%, la ralentización de la economía ha sido notoria en el tercer trimestre, hasta el 1,6% interanual.
Normalmente, la subida de tipos de interés tiende a fortalecer el valor de la divisa, al convertirla más atractiva a los ojos de los inversores. En todo caso, el BCE suele atender a otros factores a la hora de adoptar sus decisiones sobre política monetaria, entre ellos la masa monetaria M3, cuyos comportamiento reciente se conocerá mañana.
PEORES BENEFICIOS EMPRESARIALES.
La revalorización del euro provocará efectos cambiarios adversos y peores resultados empresariales, según un informe de Standard & Poor's (S&P) difundido hoy. En concreto, la agencia calcula que las compañías europeas podrían reducir un 4% sus beneficios durante 2007 por el alto precio del euro.
"Un asunto clave para los inversores es el alto precio del euro y cómo tratar con la conversión negativa de las ganancias obtenidas en el extranjero, así como con el deterioro de la competitividad de las operaciones manufactureras realizadas en Europa", explicó el analista de S&P Clive McDonell.