Obama propone 3,99 billones de dólares para fortalecer a la clase media

Actualizado: lunes, 2 febrero 2015 18:30

Se enfrentará a los republicanos

   WASHINGTON, 2 Feb. (Reuters/EP) -  

   El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha propuesto este lunes un presupuesto de 3,99 billones de dólares  (3,52 billones de euros) para el año fiscal 2016, estableciendo el escenario para una batalla con los republicanos al lanzar programas para fortalecer a la clase media, financiados con alzas impositivas.

   Obama pretende aplicar mayores impuestos a las empresas y a los estadounidenses de mayores ingresos. El presupuesto prevé un déficit de 474.000 millones de dólares (417.809 millones de euros), que equivale a un 2,5% del PIB. El proyecto apunta a la estabilización de los déficit a esa tasa durante un período de 10 años, ha indicado a periodistas un funcionario del Gobierno de alto rango.

   El texto de Obama complementa las propuestas que hizo en su discurso sobre el Estado de la Unión y ayuda a subrayar las prioridades de los demócratas para el último cuarto de su mandato y el comienzo de la campaña presidencial de 2016.

   No obstante, se trata de un documento que tiene gran carga política y es, al mismo tiempo, una hoja de ruta fiscal que requiere la aprobación del Congreso, controlado por los republicanos, para entrar en vigor.

   "Nuestra esperanza es que, al presentar (...) una visión clara centrada en la clase media y el crecimiento económico, podamos tener una conversación productiva (con los republicanos) y hacer avances a lo largo del año", indicó un funcionario gubernamental el domingo, antes de conocerse el presupuesto.

POSTURA DE LOS REPUBLICANOS

   Los republicanos han dicho que ven espacio para el compromiso en áreas como la reforma fiscal e infraestructura, pero muchos de los programas de Obama, desarrollados en las semanas previas a hacerse público el presupuesto, llegaron como un mazazo.

   "Cuando (...) dedica su tiempo y energía a hablar de las nuevas políticas de impuestos y gastos que les encantan a los progresistas y a las que se oponen todos los republicanos, está diciendo al Congreso que, una vez más, prefiere discutir a legislar", ha valorado Keith Hennessey, ex asesor económico del expresidente republicano George W. Bush.

   Sin embargo, los demócratas vieron el presupuesto como una declaración de sus prioridades y una oportunidad de demostrar que representan al partido que defiende a la clase media estadounidense.

   "Le da una oportunidad de contrastar su visión de ayudar a la clase media frente a la postura del Congreso republicano de exacerbar la desigualdad, ignorando a la clase media y agrandando la carga para los que quieren acceder a ella", ha afirmado Neera Tanden, presidenta del Center for American Progress, que tiene estrechos vínculos con la Casa Blanca.

INFRAESTRUCTURA Y REFORMA TRIBUTARIA

   El presupuesto considera una reducción del déficit de 1,8 billones de dólares (1,6 billones de euros) durante los próximos 10 años, según funcionarios, gracias a una combinación de reformas en el área de la salud, impuestos e inmigración.

   Sin embargo, esa previsión asume que los republicanos apoyarán los programas de Obama, algo que parece improbable. Los republicanos han bloqueado la reforma de las leyes migratorias en la Cámara de Representantes, por ejemplo, y el presupuesto da por hecha su aprobación.

   El Ejecutivo prevé que el desempleo siga descendiendo hasta una tasa del 5,4% en 2015, frente al 5,6% actual. También propone un nuevo banco para la infraestructura, un aumento del 6% en investigación y desarrollo y una polémica consolidación de las agencia gubernamentales estadounidenses. Obama había propuesto anteriormente combinar las agencias comerciales, pero la iniciativa se diluyó.

   El presupuesto reserva 14.000 millones de dólares (12.341 millones de euros) para fortalecer las defensas de ciberseguridad de Estados Unidos tras una serie reciente de ataques informáticos de alto perfil.

   Asimismo, fija un pago de una vez de un impuesto del 14% para los beneficios estimados de 2,1 billones de dólares (1,85 billones de euros) amasados en el extranjero por compañías como General Electric y Microsoft, mientras impone un impuesto del 19% sobre las utilidades foráneas futuras de las compañías estadounidenses.

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