REIKIAVIK, 3 Feb. (Reuters/EP) -
La primera ministra de Islandia, Johanna Sigurdardottir, declaró hoy que la entrada en la Unión Europea y la adopción del euro son las mejores opciones para reactivar la economía del país.
Sigurdardottir también expresó su intención de debatir una serie de leyes hasta las elecciones que tendrán lugar el 15 de abril, incluida una propuesta para la reforma constitucional, que en caso de ser aprobada permitirá negociar la entrada en la UE.
La primera ministra es miembro de la Alianza Socialdemócrata, que junto con el Partido de Izquierda-Verde formará una nueva coalición que sustituirá al Gobierno del ya ex primer ministro Geir Haarde. Mientras los socialdemócratas son favorables a la convergencia europea, la izquierda sigue mostrando sus reticencias al respecto. Por su parte, la UE ha acelerado el proceso de adhesión, por lo que Islandia podría entrar a formar parte de la Unión en 2011.
OPCIÓN NORUEGA
Por su parte, el ministro de Finanzas, Steingrimur Sigfusson, anunció que mantendrá conversaciones con su homóloga noruega, Kristin Halvorsen, sobre la cooperación monetaria entre ambas naciones. "La ministra de Finanzas noruega vendrá el viernes y, por supuesto, esta es una de las cuestiones que discutiremos", dijo Sigfusson. No obstante, algunos economistas indicaron que estas políticas monetarias carecen de sentido en vista de la posibilidad de entrar a formar parte de la UE.
Tanto Sigurdardottir como Sigfusson afirmaron que esperarán a escuchar las recomendaciones de un comité económico antes de tomar una decisión. "Las cuestiones más importantes siguen siendo hacer cambios para apoyar más a los hogares de este país y hacer que los bancos y la economía vuelvan a funcionar", estimó la primera ministra, quien recientemente pidió al ex primer ministro y actual gobernador del Banco Central, David Oddsson, que dimitiera como parte de un plan de modernización de esta institución.
La crisis financiera internacional golpeó a Islandia el pasado mes de octubre, poniendo fin a una década de prosperidad en sólo unos días al provocar el colapso del sistema de divisas y financiero del país. Desde entonces, el Ejecutivo sufría una gran presión y se generalizaron las manifestaciones de protesta en un país normalmente tranquilo que sólo cuenta con 320.000 habitantes.
