Economía/macro.- La respuesta de Sarkozy a la movilización ciudadana frente a la crisis no convence a los sindicatos

Actualizado: viernes, 6 febrero 2009 19:11

El presidente muestra un tono protector y abre la puerta a nuevas medidas sociales para desactivar futuras protestas PARIS, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -

La respuesta del presidente francés, Nicolas Sarkozy, a las preocupaciones en materia económica expresadas en la calle por miles de franceses hace una semana, no ha convencido ni a sindicatos ni a partidos de izquierda, que critican una ausencia de medidas concretas para los sectores de población más vulnerables y ven un "asombroso" desfase entre el presidente y la ciudadanía.

No obstante, el ejercicio de pedagogía desplegado por Sarkozy durante los 90 minutos que duró la entrevista televisada de anoche puso de manifiesto un cambio de tono en el inquilino del Elíseo, que se mostró protector y comprensivo con las inquietudes de sus concidudadanos. "Es normal", dijo, que los franceses estén preocupados ante "una crisis que es la peor vivida en un siglo".

Algunos ciudadanos que hoy expresan en la prensa gala su opinión sobre la intervención del presidente creen que fue "tranquilizador" y dio la impresión de "haber tomado conciencia de la gravedad de la situación en Francia", como afirma en 'Le Parisien' Nicolas Galpin, un agricultor de 32 años.

Sin embargo, para Guillaume Mancel, un estudiante de instituto, no ha sabido dirigirse a las bases."Se centró demasiado en la crisis financiera internacional para explicar las dificultades actuales de Francia, como si quisiera no responsabilizarse", dice. Mancel concede, en cambio, que mencionó mucho a los agentes sociales y que jugó la carta de la diplomacia, lo que supone un "cambio de actitud".

Este cambio lo percibe también Slimane Tirera, de 22 años y estudiante de master, que encontró a Sarkozy "prudente" procurando no atizar la contestación con "propuestas claras y concretas".

Pero precisamente esta ausencia de concreción es mal vista por Eric Poquerusse, un conductor de autobús de 41 años y delegado sindical, que denuncia una "enorme distancia" entre el presidente y la gente de a pie. "La gente que tiene un salario medio, entre 1.000 y 2.000 euros al mes, espera que su discurso tenga efectos y mejore rápidamente nuestra vida diaria", se queja.

La tesis es la misma que han repetido hoy los sindicatos, "decepcionados" por la vaguedad de las propuestas de Sarkozy y, al mismo tiempo, conscientes de lo que se juegan en la reunión que tendrán en el Elíseo el próximo día 18 de febrero para dar forma a las iniciativas apenas esbozadas ayer y negociar las reformas en las que el presidente no piensa ceder.

LOS SINDICATOS DEBERAN DECIDIR

La estrategia de Sarkozy parece ser la de retrasar, e incluso desactivar, nuevas jornadas de paros y manifestaciones colocando a los sindicatos bajo presión al proponerles varios ámbitos de negociación sobre los que tendrán que tomar partido. De hecho, ayer planteó medidas fiscales, sistemas para repartir los beneficios empresariales y más protección laboral entre los asuntos que corresponderá a los sindicatos "decidir".

Avanzó igualmente que los 25.000 millones de euros que el Estado ha prestado a los bancos aportarán a las arcas estatales a finales de año unos intereses de 1.400 millones que serán destinados "íntegramente" a la financiación de medidas sociales.

Para apoyar a las clases medias, la idea barajada es suprimir el primer tramo del impuesto sobre la renta e incluso el segundo, de manera provisional y para determinado tipo de población. Otra opción que estará encima de la mesa el próximo día 18 será aumentar las prestaciones familiares, bien como medida general, bien centrada en determinados hogares con menores ingresos.

Una especie de 'cheque empleo-servicio' pagado por el Estado se diseña para las personas mayores que viven solas o para las madres solas y en materia de empleo, la sugerencia es "ir más lejos" en las prestaciones destiandas a los que tengan un trabajo parcial, que ya pasó del 50% al 60% del salario bruto en diciembre pasado. El Estado, dijo Sarkozy, "está dispuesto a hacer un esfuerzo" y quiere "proteger mejor" a los jóvenes en paro que sin haber cotizado lo suficiente se encuentren sin empleo.

En cualquier caso, lo que dejó claro a los agentes sociales es que las reformas en curso no se detendrán. "Si se tienen que parar, como fue tan frecuente en el pasado, cada reforma cuando hay una manifestación, entonces lo mejor es no hacer ninguna reforma y así estamos tranquilos", ironizó.

En la misma línea, confirmó su intención de aligerar la Administración de funcionarios y que "no tiene la intención de dejar deudas acumuladas" a las generaciones futuras. "No habrá más gasto público suplementario, sobre todo en lo que se refiere a la regla de no reemplazar uno de cada dos funcionarios", sentenció.