Economía.- La oposición francesa critica el inmovilismo del Gobierno frente a la crisis pese a las protestas de la calle

Actualizado: viernes, 20 marzo 2009 18:54

Los sindicatos franceses mantienen la unidad de cara a una nueva movilización el 1 de mayo

PARIS, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -

La oposición de izquierdas y los sindicatos han criticado hoy el inmovilismo del Gobierno frente a las protestas expresadas ayer en la calle por miles de franceses y siguen reclamando una respuesta a la altura de la crisis. Las centrales sindicales han optado por no convocar nuevas movilizaciones nacionales y centrar sus esfuerzos en la gran manifestación del Primero de mayo.

La primera secretaria de los socialistas franceses, Martine Aubry, que criticó que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, haya dicho antes de la manifestación de ayer que no haría nada, insistió de nuevo en que es hora de adoptar medidas "concretas".

A su juicio, la protesta se amplía porque los franceses están preocupados, los anuncios de despidos se multiplican, el Gobierno no reacciona y rechaza entender la crisis. "Es una angustia general y durante este tiempo se nos dice que no se van a mover y no harán nada", lamentó la responsable socialista.

También la ex candidata al Elíseo, Ségolène Royal, se mostró crítica con la falta de respuesta y dijo ser partidaria de continuar con las protestas frente a un Gobierno y un presidente que se mantienen "sordos y ciegos" y "desprecian las aspiraciones profundas de un país que quiere que eso cambie".

El presidente del centrista MoDem, François Bayrou, ve la reacción gubernamental "insuficiente" y dijo tener la impresión de que el Ejecutivo "no entiende lo que pasa".

"Atribuye este movimiento únicamente a la crisis internacional, y hay una crisis internacional, pero a mi juicio, lo más importante del movimiento está en la manera en que se ejerce el poder en Francia", declaró en la emisora RMC. El Partido Comunista, mientras, consideró que el "mutismo" de la derecha es un "insulto al sufrimiento de los franceses".

Por su parte, las ocho centrales sindicales convocantes de la huelga celebrada ayer en Francia han decidido mantener la unidad de cara a una nueva movilización coincidiendo con el Primero de mayo, Día internacional de los trabajadores, según la decisión adoptada en la reunión mantenida hoy para ver la estrategia a seguir.

Ayer lograron sacar a la calle entre 1,2 millones y 3 millones de personas para plantar cara a la política anticrisis del presidente Nicolas Sarkozy y las centrales consideran que la movilización ha tenido una amplitud "incontestable".

Sin embargo, el Ejecutivo se mantuvo inflexible y el primer ministro, François Fillon, dejó claro que no habrá más planes de relanzamiento económico escudándose en que se ha duplicado el déficit público este año y "no se puede ir más allá".

Los sindicatos quieren pues mantener la tensión y situan ahora la pelota en el tejado de Gobierno y patronal, a quienes piden "escuchar" lo que dicen los trabajadores y responder a las propuestas en materia de empleo, poder adquisitivo y relanzamiento económico.

En un comunicado conjunto, lamentan también que el Gobierno se empeñe en justificar el polémico 'escudo' fiscal, que limita al 50% el total de impuestos directos que debe pagar un contribuyente y beneficia especialmente a las clases más pudientes, o la exoneración fiscal de las horas extraordinarias, al entender que las dos medidas "agravan las injusticias y son contraproducentes frente al paro".

"Frente a la intransigencia gubernamental y patronal, las organizaciones sindicales deciden buscar las modalidades más adaptadas para dar mayor eficacia a las próximas movilizaciones", agrega la nota. Las organizaciones se volverán a reunir el 30 de marzo para decidir, en concreto, el seguimiento a las jornadas de paro de enero y de ayer.

MÁS MEDIDAS, SI HACE FALTA

Mientras, desde Bruselas, donde participó en el Consejo Europeo de primavera, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo entender las preocupaciones expresadas en las manifestaciones, defendió mantener "el rumbo" de su política económica pero dejó un resquicio a nuevas medidas "si es útil" y siempre y cuando se deje tiempo para que las actuales surtan efecto.

Así, dijo que el Gobierno "evaluará, completará, modificará y añadirá, si hace falta otras medidas antes del verano". También adelantó, sin dar muchos detalles, que hará falta una política más "ofensiva" en las empresas sin futuro y "reindustrializar" las zonas en las que están implantadas.