El ICEX aprueba su plan estratégico 2019-2020 centrado en la atracción de inversión extranjeras

MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -

El consejo de administración de ICEX España Exportación e Inversiones ha aprobado este jueves su plan estratégico para el período 2019-2020, que establece como objetivo la atracción de inversiones extranjeras para incrementar la internacionalización de la economía española y acelerar un crecimiento económico más inclusivo y sostenible con empleo de calidad.

El plan estratégico, cuyo borrador fue presentado ya al Consejo de Orientación Estratégica el pasado 8 de julio, se enmarca dentro de la Estrategia de Internacionalización de la Economía Española 2017-2027 y, más concretamente, en el segundo Plan de Acción bienal 2019-2020 de dicha Estrategia, aprobado en Consejo de Ministros en marzo de 2019.

Además de apostar por la atracción de inversión extranjera, la nueva hoja de ruta del ICEX también se centrará en el apoyo a las empresas y en la formación de los profesionales. Para ello, incluye tres principios transversales: afianzar la cultura orientada al cliente con servicios integrales, personalizados y de alto valor añadido; integrar la sostenibilidad y la digitalización de forma trasversal a la entidad y reforzar el ecosistema de internacionalización a través de alianzas estratégicas.

Asimismo, se marca seis objetivos principales: incrementar el número de empresas que exportan regularmente y el valor de sus ingresos internacionales; diversificar mercados, aprovechando, entre otras, las oportunidades de los mercados electrónicos; reforzar el valor añadido de las exportaciones; atraer inversión extranjera directa, con empleo de calidad; formar personas y captar talento para una internacionalización sostenible; y por último, mejorar la gestión interna dirigida hacia la construcción de un ICEX integrado, cohesionado, digital y sostenible.

El ICEX destaca que el plan estratégico se sustenta en un análisis del contexto económico y en los desafíos que afronta el sector exterior, y parte de una evolución positiva de la competitividad estructural española a lo largo de los últimos años, con un crecimiento progresivo del número de empresas que exportan regularmente y de los mercados destino; una favorable inserción en las cadenas globales de valor, y un posicionamiento privilegiado como plataforma de inversión directa extranjera.

Por el contrario, advierte de que el contexto internacional se caracteriza por la "incertidumbre", así como por nuevos retos generados por la desintermediación y el crecimiento exponencial de la información generado por la revolución digital, y las nuevas exigencias de trazabilidad e inclusión impulsadas por la revolución medioambiental y social.