MADRID, 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades municipales de Beijing han dado estos días 'luz verde', tras cuatro años de prohibición, a la circulación por las calles de la capital china de las bicicletas impulsadas con motores eléctricos, tras recibir numerosas críticas por parte de grupos ecologistas que defienden que este tipo de medio de transporte urbano tienen menor impacto medioambiental que los humos que emiten los automóviles.
Según informa el diario South China Morning Post, antes de esta prohibición, las bicicletas "eran las dueñas de las calles de Beijing", por lo que la aprobación del permiso de circulación de éstas ayudará a reducir la contaminación de la ciudad y "los eternos atascos" del anteriormente conocido como 'Reino de la bicicletas'.
Con esta medida, el consistorio de la ciudad "ha decidido ceder" ante las numerosas quejas y peticiones de los ciudadanos y grupos ecologistas que solicitaban el fín de esta prohibición, "dando un giro de 180 grados en su anterior política pro-automóvil".
Las bicicletas impulsadas con baterías eléctricas podrán circular por Beijing a partir de mañana, siempre que se hayan registrado en la oficina de tráfico de la ciudad, tal como advierte el Boletín de la Oficina de Seguridad Pública de la ciudad.
AUMENTO DEL NÚMERO DE AUTOMÓVILES
La capital china ha triplicado en los últimos cinco años el número de vehículos con motor que circulan por sus calles, lo que ha provocado el colapso de la misma, al no haberse llevado a cabo una mejora de las infraestructuras y de las calles para poder acoger este elevado número de automóviles.
En este sentido, tanto Beijing como otras ciudades del país prohibieron el uso de las bicicletas con motor eléctrico cuando ya circulaban más de quince millones de ellas por todo el país. En junio de 2002 el Gobierno chino prohibió la utilización de este medio de transporte porque las baterías de estas bicicletas "eran difíciles de desechar y dañaban el Medio Ambiente".
Esta prohibición provocó el malestar de los usuarios de este tipo de bicicletas, que aún formaban una pequeña parte de los más de 500 millones de ciclistas que circulaban por todo el país. Los grupos ecologistas explican que el impacto medioambiental de estas baterías "era obviamente menor" que el del humo de los automóviles.
Estos grupos destacan que la verdadera motivación de esta prohibición en ciudades y provincias fue el de "fomentar la compra de vehículos para mantener el rápido crecimiento económico". El Gobierno chino buscaba fomentar el crecimiento económico de "un mercado no desarrollado", ya que en China sólo hay dos automóviles por cada 100 habitantes, cifra muy inferior a los 78 de Estados Unidos o los 56 de Japón.
Sin embargo, la prohibición puso de manifiesto los graves problemas de circulación que tiene Beijing, hasta el punto de que fue calificada como "la ciudad con el peor tráfico del mundo". Los estudios mostraron como en esta ciudad se producían más de diez horas de atasco diarias. Incluso el Comité Olímpico Internacional (COI) mostró su preocupación por este tema durante las primeras visitas para preparar las olimpiadas de Beijing 2008.
POCA PREPARACIÓN
El centro de la ciudad posee pocas avenidas amplias y es en esa zona donde se sitúa el centro financiero y comercial de la ciudad. De esta forma, la expansión del mercado automovilístico muestra que la ciudad no estaba preparada para este enorme aumento en el parque automovilístico local, que hasta hace poco tiempo estaba formado en su gran mayoría por taxis y vehículos oficiales.
Las críticas de los ecologistas por la prohibición de estas bicicletas y las acusaciones de que el Gobierno buscaba fomentar el crecimiento del mercado de automóviles obtuvieron respuesta por parte de representantes municipales, que indicaron que la puesta en marcha de un sistema eficiente de metro y autobús "ha sido retrasado en alguna ocasión para fomentar la compra de coches".
A juicio de estas organizaciones ecologistas, estas medidas "son otro ejemplo de como el Partido Comunista de China abandona a los pobres en favor de las grandes compañías estatales, los negocios privados y las multinacionales extranjeras".
En otras zonas de China, como Cantón (sur) o Hubei (centro), a pesar de ser zonas muy desarrolladas, todavía mantienen esta prohibición en relación a las bicicletas eléctricas, aunque se espera que la política del Ayuntamiento de Beijing sirva de ejemplo para otras ciudades. China fue en 2005 el mayor exportador de estas bicicletas de todo el mundo, con diez millones de unidades.