RSC.- Los diamantes que se regalen en San Valetín "pueden haber financiado grupos paramilitares", advierte Calvert

Actualizado: viernes, 27 enero 2006 15:29

Apela a empresas extractivas, mayoristas, minoristas y consumidores para que asuman su parte de responsabilidad en el origen de éstos


MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -

La consultora especializada en responsabilidad social Calvert Group ha solicitado a los consumidores y mayoristas del mercado de los diamantes que presten "especial atención" a su procedencia con motivo de la celebración , el próximo 14 de febrero del Día de San Valentín, en el que se incrementan las ventas de estos minerales. La compañía desarrollará estos días un programa especial de auditorías para confirmar que los diamantes vendidos estos días no sirven para financiar a ningún grupo paramilitar en África.

Según recoge su boletín, 'Calvert Connections', el equipo de investigación social de la compañía prestará "especial atención" durante las tres próximas semanas a los tres productos más regalados durante el día de San Valentín, como son diamantes, flores y chocolate. Con esta vigilancia la consultora pretende ayudar a educar a los consumidores y accionistas para que entren en acción como consumidores responsables.

Este programa se enmarca dentro de las múltiples acusaciones que ha sufrido el sector de la extracción de los diamantes, al que se le acusa de financiar a numerosos grupos rebeldes armados en distintos países de África.

Así, la consultora tiene como objetivo alertar de que en el proceso de extracción de diamantes "no se tienen en cuenta los derechos humanos" y puede estar contribuyendo a "una guerra civil en África".

Los diamantes que se venden en las joyerías europeas y estadounidenses provienen en su mayoría de países de África Central, como Angola, Liberia, Sierra Leona, la República Democrática del Congo o Costa de Marfil, que en muchas ocasiones están viviendo luchas internas.

CONFLICTOS ABIERTOS

Por ello, Calvert advierte de que este mineral está siendo utilizado para financiar a grupos rebeldes armados en estos países, que para obtenerlos llevan a cabo todo tipo de abusos contra los Derechos Humanos.

De esta forma, el conocido como 'Conflicto de los Diamantes' pone de manifiesto como el mercado mundial de estos minerales extraídos en África "está relacionado con la muerte y el desplazamiento de millones de personas, provocado por los conflictos civiles que están teniendo lugar en distintas regiones del continente".

A su juicio, la responsabilidad comienza en las empresas mineras, después pasa por las empresas que tratan y pulen este material y los mayoristas y minoristas del sector. Por último, culpan a los consumidores, que con sus decisiones de compra, "tienen la última palabra".

Así, también critican que los Gobiernos de muchos países "están muy involucrados en este proceso a través de los controles de importación y exportación".

ACCIONES CONCRETAS

Por este motivo en 2003 se puso en marcha Proyecto de Certificación de Kimberley, como una sistema de certificación voluntaria diseñado con el fin de asegurar que los diamantes en bruto extraídos no están relacionados con ningún conflicto armado.

Para poder llevar a cabo esta Proyecto, se necesita el apoyo de la legislación para que lleve a cabo unos controles de importación y exportación más rigurosos. En estos momentos, se encuentran inmersos en el proyecto cerca de 50 países, entre otros Estados Unidos, toda la Unión Europea y los mayores productores de diamantes de África.

Además, esperan que se adhiera al Proyecto la propia industria de los diamantes, con el fin de asegurar que los minerales extraídos "estén libres de sangre".

Sin embargo, apuntan, el sistema de certificación de Kimberley posee numerosas limitaciones, como "la falta de conciencia de los mayoristas y de las tiendas de joyas". En 2004 global Witness y Amnistía Internacional realizaron una encuesta a 800 mayoristas del sector de Estados Unidos y de otros muchos países para comprobar la eficacia de la iniciativa.

Así, de las 246 joyerías revisadas en Estados Unidos, el 27% afirmó contar con políticas para no adquirir diamantes que ayuden a financiar grupos paramilitares. En cambio, el 13% no pudo ofrecer garantías sobre el origen de los diamantes que vendían.