MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
Desde el lanzamiento de la primera colección en 2002, la marca 'Ideo' ha experimentado un gran éxito. Sus dos fundadoras, Rachel Lui y Antoinette Giorgi, se especializaron en ropa ecológica y de comercio justo y demostraron que se puede conseguir éxito creando una moda socialmente responsable.
En un principio llevaron carreras diferentes hasta que ambas decidieron aventurarse en la creación de una marca que respetara el Medio Ambiente. La firma nació con 750 prendas para comercializar y en la actualidad alcanzan ya las 60.000, según informó hoy el centro francés de peritaje sobre la Responsabilidad Social Corporativa 'Novethic'.
"Hemos conseguido probar que es posible comerciar de otra forma y además triunfar", señala Antoinette, tras recordar que Ideo recibió el Premio 'Esperanza de la Economía parisina' de la mano de la Cámara de Comercio de la capital francesa, "una recompensa que muestra el reconocimiento de los actores económicos más tradicionales", apuntó.
Asimismo, Ideo ha conseguido casi doblar su facturación en un año, pasando de 755.000 euros a 1,2 millones. En la actualidad cuenta con 150 tiendas en Francia, más de una cuarentena repartidas en Europa y, próximamente prevé comercializar sus prendas en Estados Unidos y Quebec, Canadá.
A pesar de su éxito, ambas reconocen que los comienzos no fueron fáciles ya que decidieron no recurrir a los talleres catalogados como 'De comercio justo' sino que optaron por encontrar ellas mismas sus fabricantes y de introducir en ellos este concepto.
"El objetivo de Ideo es crear una red de desarrollo local. Recientemente, nos contactó un taller de Tibet y trabajamos con ellos en dos prendas concretas cuyas ventas han sido muy satisfactorias", explicó. En este contexto, destacó que la "clave" no es producir "al estilo occidental" sino adaptarse a los diferentes entornos locales y de construir "otro tipo de relaciones con los artesanos".
Por otro lado, esta marca elige materiales exclusivamente 'bio' que hayan tenido un estricto control en toda la cadena de producción; exigencias mucho más estrictas que las requeridas por las prendas tradicionales.