Incluye información sobre ecoetiquetas, el aprovechamiento de la electricidad o la implantación de sistemas de gestión ambiental
MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de la Juventud de España ha elaborado una 'Guía de buenas prácticas ambientales en asociaciones juveniles' con el propósito de difundir una serie de normas que sirvan para reducir el impacto ambiental negativo que generan las organizaciones y entidades juveniles en relación con el Medio Ambiente.
Entre las prácticas recomendadas se encuentra la implantación de sistemas de gestión ambiental como método de organización de los miembros de la entidad, mientras que el resto se relacionan con áreas como la iluminación, los equipos informáticos, el papel, el agua o los ruidos. La guía se dirige tanto a los directivos de las organizaciones como al personal que colabora en las actividades de las asociaciones.
La finalidad, según informa 'Canal Solidario', es que los miembros de estas organizaciones modifiquen sus hábitos ocupacionales de una forma fácil y siempre que no suponga un gran coste económico, aumentando con ello la calidad ambiental. Para ello el manual está dividido en diferentes secciones explicadas de forma sencilla para que sea más clara su comprensión para el lector.
Además del bloque central dirigido a las buenas prácticas ambientales, en el documento se da un pequeño repaso a problemas ambientales como la lluvia ácida o el cambio climático; así como un apartado explicando el concepto de ecoetiquetas y símbolos de peligrosidad. Por último aparecen una serie de páginas webs de interés relacionadas con el Medio Ambiente.
A juicio de los autores de la Guía, "a veces solo es necesario aplicar el sentido común y tener en cuenta una serie de medidas que, llevadas a cabo de forma sistemática, pueden conseguir ahorrar materias primas y energía, así como reducir la contaminación y posibles riesgos que puedan afectar tanto al Medio Ambiente como a la salud de las personas".
PROPUESTAS SENCILLAS
En materia de iluminación, el Consejo de la Juventud propone el aprovechamiento máximo la luz natural para ahorrar gasto energético, y si se puede, sustituir los interruptores de luz normales por otros de apagado automático, asegurarse de que las luces de las estancias queden apagadas cuando no haya nadie y colocar sistemas de detección del nivel de iluminación para tener siempre la mínima intensidad de luz posible.
Respecto al aire acondicionado y la calefacción, la Guía recuerda que un buen aislamiento es fundamental en la reducción del consumo energético y propone la utilización de la calefacción y el aire acondicionado sólo cuando sea necesario, así como mantener los radiadores y las salidas de aire acondicionado fuera de obstáculos que provoquen pérdidas en la climatización.
Además, se recuerda cerrar los radiadores de salas que no se estén ocupando, controlar la temperatura mediante termostatos ,y siempre que se pueda, o cuando se alcance la temperatura ideal (20º C) desconectar los sistemas de ventilación o radiadores.
En relación a los equipos informáticos, el documento propone configurar el ordenador, fotocopiadora, impresora, etc, en el modo de 'ahorro de energía' siempre que sea posible, desconectar los equipos al salir, apagar los equipos si no se van a utilizar durante más de una hora, o activar el modo 'ahorro de toner' al imprimir o fotocopiar en caso de que exista esa opción.
Sobre el uso de papel, el consejo es que se use la opción de imprimir a doble cara, se coloque cerca una bandeja con papel usado por una cara para reutilizarlo y otra con papel sin usar, o utilizar papel reciclado tanto para fotocopiar como para imprimir.
El gasto del agua también es fácilmente controlable si se revisan y reparan los grifos para evitar goteos que supongan pérdida de agua, se instalan grifos con temporizador o con sistemas de detector de presencia, o cisternas de bajo consumo o con capacidad limitada.
También se recomienda elegir, si es posible, productos de limpieza que contengan una etiqueta ecológica, evitar el uso de aerosoles con CFC o compuestos orgánicos volátiles que dañen la capa de ozono y no usar ambientadores, sino abrir las ventanas para ventilar las salas.
En el área del café, donde se suelen ubicar las máquinas de bebidas, frigorífico, microondas, etc, y que suelen ser las áreas donde más cantidad de residuos orgánicos, se recomienda separar los residuos en dos cubos o bolsas de basura, uno para desperdicios y otro para envases, usar vasos de vidrio, mejor que de plástico o comprar productos de alimentación envasados en formatos de gran capacidad ya que tienen menos envase.
En este sentido, la Guía también propone reducir al mínimo la generación de residuos, utilizar productos reciclados o ecológicos, en la medida de lo posible, evitar los artículos de usar y tirar (platos y vasos desechables, servilletas de papel, kleenex, etc) y comprar los productos en cantidades grandes para producir menos basura.
En materia de ruidos, la Guía recuerda los perjuicios de la contaminación acústica para la salud, que van desde pérdida progresiva de audición, a alteraciones de la presión arterial, del ritmo cardíaco, estrés, etc.
Los ruidos son más perjudiciales en los espacios cerrados, ya que las paredes, techos y suelo transmiten las vibraciones, aunque éstos se pueden evitar con acciones sencillas, como controlar el correcto funcionamiento de máquinas, fotocopiadoras, impresoras, aparatos de aire acondicionado, etc. y revisarlo regularmente, evitar tener un volumen excesivo en los teléfonos móviles y colocar doble acristalamiento en la entidad, siempre que se disponga de medios económicos suficientes.
